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El Supremo de EEUU avala el veto migratorio de Trump a los musulmanes, con el rechazo de la oposición: “Un día este país se arrepentirá de esta sentencia”

La oposición rechaza la decisión del Supremo que legaliza el veto migratorio de Trump y la compara con la cobertura legal de los campos de concentración de japoneses

“Un día, la nación y el Tribunal Supremo mirarán atrás y se arrepentirán de una sentencia que legaliza la discriminación”. La reacción de la oposición a la sentencia del Tribunal Supremo que avala el veto migratorio de Donald Trump elevó la decisión a infamia que pasará a los libros de historia. Esta frase fue enviada en un comunicado por el fiscal general de California, Xavier Becerra, que añadió: Continuaremos peleando contra acciones que señalan a las personas ilegalmente por su cultura o su fe”.

Becerra fue uno de los que lideraron la demanda que paralizó el primer veto migratorio de Trump contra ciudadanos de países de mayoría musulmana. Aquel decreto presidencial provocó el caos en los aeropuertos y en el sistema de visados al dejar varadas fuera del país a miles de personas que habían salido temporalmente o ya tenían permiso para entrar en Estados Unidos. California y otros se sumaron también a la denuncia de Hawái contra la tercera y última versión del veto, que este martes ha sido avalada por el Supremo acabando con todos los esfuerzos legales para frenar a Trump en este asunto.

Las primeras victorias contra los intentos de Trump se lograron en juzgados del Oeste del país y fueron ratificadas por la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito, el tribunal de segunda instancia que tiene jurisdicción sobre todo el Oeste, escorado hacia posiciones progresistas y que Trump ha criticado abiertamente. El fiscal general, Jeff Sessions, aprovechó para atacar a los jueces que imponen suspensiones cautelares de leyes en todo el país, como le sucedió al veto migratorio tres veces. “Esta decisión es fundamental para asegurar la continuidad de la autoridad del presidente Trump, y todos los futuros presidentes, para proteger al pueblo americano”, dijo Sessions.

La sentencia recibió también las críticas de los grupos que lideraron la movilización social contra un decreto que se entiende como una discriminación contra los musulmanes, basándose en las propias palabras de Trump durante la campaña de 2016. La Unión Americana de Derechos Civiles (ACLU), dijo que se trataba de “un día oscuro en la historia” de Estados Unidos y llamó a mantener las movilizaciones y la presión sobre el Congreso hasta que la política sea revertida. La mayor organización de musulmanes en Estados Unidos, CAIR (Consejo de Relaciones Islámico-Americanas), dijo que el veto solo había servido para “propagar un temor inmerecido contra musulmanes de todo el mundo que respetan la ley”.

En su voto particular, la magistrada Sonia Sotomayor llegó a comparar la sentencia con el conocido como caso Korematsu, un episodio de vergüenza nacional en Estados Unidos. Se trata de una decisión del Supremo en 1944 en la que legalizó el internamiento en campos de concentración de todos los japoneses americanos que vivían en la costa Oeste. más de 100.000 personas, muchos de ellos ciudadanos estadounidenses, fueron desalojadas de sus casas y enviadas a campos de barracones vigilados por el Ejército, ante el temor de que entre ellos hubiera quintacolumnistas que pudieran atacar en EE UU durante la guerra con Japón.

La comparación con el internamiento de los japoneses no es nueva. La comunidad japonesa lleva advirtiendo desde la campaña electoral de 2016 que la retórica de Trump contra musulmanes y mexicanos recuerda inquietantemente al discurso que acabó justificando aquellos campos de concentración, ante la indiferencia o el apoyo de la mayoría de Estados Unidos. Rich Stolz, director de la organización OneAmerica, de defensa de los inmigrantes y refugiados, dijo en un comunicado que “con el tiempo, esta sentencia se verá como una vergüenza, igual que el caso Korematsu”.

Las críticas se trasladaron también a la calle, con movilizaciones convocadas en varias ciudades y a las puertas del Supremo, donde se reunieron manifestantes al grito de “no al veto migratorio, nunca”. La apasionada respuesta de la oposición los llamamientos a contrarrestar el decreto desde el Legislativo anticipan que este será uno de los temas de movilización del voto en las próximas elecciones de noviembre, en las que se renueva la Cámara de Representantes. El veto migratorio fue la primera decisión que polarizó el debate político con Trump como presidente y regresa ahora al primer plano año y medio después.

Senadores demócratas como Bernie Sanders tampoco ahorraron palabras para dar trascendencia histórica a la decisión de la Corte. “El Tribuna Supremo se ha puesto hoy del lado del miedo, el racismo y la xenofobia y contra los ideales americanos de libertada religiosa y tolerancia”. Sanders insistió en que el veto “siempre ha sido racista y antimusulmán”. El senador Gary Peters, demócrata de Michigan, uno de los lugares con una comunidad musulmana más numerosa, se declaró “decepcionado” por la sentencia, porque el presidente “ha dejado muy claro que su intención era discriminar” a los musulmanes.

La decisión ha sido tomada por mayoría de 5 a 4, con el juez Neil Gorsuch votando a favor de Trump, lo que ha recordado también que Gorsuch debe el puesto a que los republicanos bloquearon en el Senado durante más de un año una nominación que le correspondía hacer a Barack Obama. Después de las elecciones, cambiaron las normas del Senado para impedir a los demócratas bloquear el nombramiento por parte de Trump.

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