La semana que viene se publicará un libro en el Reino Unido que dará mucho que hablar. Su título en español supongo que será El gran diseño y su autor más notable es Stephen W. Hawking, que lo firma con Leonard Mlodinov.
Lo más importante del libro es que trata de poner al alcance de las personas no especialistas los últimos intentos de la física teórica en cuanto a fundir en un mismo cuerpo matemático la relatividad general o teoría del universo en su conjunto con la mecánica cuántica o teoría del microcosmos atómico. El problema es que el objetivo de tal esfuerzo divulgativo se encamina a demostrar la no existencia de Dios.
Siempre me anima que un científico de la talla de Hawking muestre públicamente su agnosticismo, pero que en esta ocasión lo haga apoyándose en las teorías M y una de sus hipotéticas consecuencias, la existencia de infinidad de universos, me parece pobre cuando no contradictorio. Concluyen Hawking y Mlodinov que, igual que Darwin y Wallace explicaron el aparentemente milagroso diseño de las formas vivas sin intervención de un ser supremo, el concepto de multiverso puede explicar nuestra existencia sin necesidad de un creador benevolente que hiciera el mundo para nuestro beneficio.
El problema reside en que mientras que la evolución de las especies por selección natural está demostrada incluso a escala molecular, los modelos en 11 dimensiones que desarrollan todos los conceptos de supercuerdas, las teorías M, no tienen por ahora la más mínima posibilidad de contrastarse experimentalmente. O sea, que entran casi en la categoría de filosofía, a la que Hawking le niega cualquier papel hoy día.
Así, si suponemos que Borges tenía razón al catalogar la filosofía de subgénero de la literatura fantástica, las teorías M pueden caer en el mismo saco. Creo que lo más honesto desde el punto de vista científico es mantener la postura de Laplace, que cuando le enseñó su modelo matemático del sistema solar a Napoleón y este arguyó que no veía a Dios por ninguna parte, le respondió: "Sire, no he tenido que hacer uso de tal hipótesis". También creo importante no distraer a la gente en cuanto a que el problema no es Dios, sino las religiones.