Como viene siendo tradición desde hace más de 300 años, el 8 de septiembre se celebró el día de la Virgen de la Victoria, Patrona y Alcaldesa Perpetua de la ciudad. Como no podía ser de otra manera, numerosas autoridades civiles y militares, seguidas de centenares de ciudadanos, se reunieron ayer en la iglesia del Sagrado Corazón para rendir homenaje a la patrona de Melilla.
El vicario episcopal, Roberto Rojo, ofició una misa en honor a la Virgen ante la mirada de atentos fieles. No faltaron los abanicos a juego con los trajes de las señoras y tan necesarios por el calor que inundaba el templo y que los ventiladores no conseguían disipar.
Iglesia sin fronteras
Rojo lanzó un mensaje de unión y hermandad y quiso eliminar las barreras religiosas asegurando que “la Iglesia rompe fronteras para acoger a todos bajo su seno”. Además de invitar a dejar las diferencias a un lado, animó a ayudar al prójimo altruistamente. También motivó la atención para los inmigrantes, legales e ilegales, que huyen de conflictos y hambrunas.
Con todo ello, el vicario señaló la importancia de dejar atrás las tradiciones que no se adaptan a los tiempos actuales y no son capaces de dar respuesta a las necesidades de la ciudadanía. Así, Rojo invitó a incorporar nuevas costumbres como tradciones para cubrir las demandas de la sociedad de hoy en día.
Imbroda ante la Virgen
Otro momento destacado de la liturgia en honor a la patrona fue cuando el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, se arrodilló ante la figura y le agradeció su manto de protección contra actos de terrorismo y violencia.
El presidente, durante su agradecimiento a la Virgen, hizo una mención especial al impulso que da la patrona para tender puentes entre las distintas religiones que conviven en Melilla. Imbroda destacó así las buenas relaciones existentes entre cristianos, musulmanes, hebreos e hindús y deseó que con los años los lazos se estrechen todavía más.
El líder del PP también tuvo unas palabras para recordar a la Virgen en su papel como defensora de la libertad y solidaridad, sin olvidar el apoyo y descanso que ofrece a los más necesitados.
Ofrenda floral
Prácticamente al final de la misa, las distintas Casas de Melilla repartidas por todo el país entregaron un centro floral a los sacerdotes que, posteriormente, los situaron a los pies de la Virgen. Las casas regionales de otras comunidades autónomas presentes en Melilla también participaron en esta ofrenda, así como la comunidad hindú.
Tampoco faltó la entrega de flores del comandante general de Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, en representación de la Comandancia General de Melilla, y el ramo del delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, en representación de la Delegación. El último en hacer la entrega antes de celebrar la tradicional comunión fue el presidente de Melilla, quien ofreció las flores en nombre de toda la Ciudad.