El 25 de junio de 2010, el Ejército español ha aprovechado una fiesta de signo católico para empezar a aplicar el nuevo Reglamento de Honores Militares en Zaragoza. De paso, al presidente del Gobierno de Aragón le ha parecido de perlas la ocasión, para recibir por primera vez tales honores y pasar revista: la festividad de la Virgen del Perpetuo Socorro, patrona del cuerpo militar de Sanidad.
De acuerdo con el nuevo Reglamento, el Presidente aragonés, en representación de la nación y en nombre de los poderes del Estado (preámbulo del Reglamento), ha recibido honores de arma presentada y ha sonado el himno nacional en versión breve.
Han asistido al acto, entre otras autoridades civiles y militares, el delegado del Gobierno en Aragón, Javier Fernández, y la consejera de Salud y Consumo del Gobierno de Aragón, María Luisa Noeno, y del general médico director del Hospital General de la Defensa de Zaragoza, Julio César Rivera, entre otras autoridades civiles y militares.
¿Cuándo tendrán las Fuerzas Armadas, así como los distintos cuerpos militares, su propio festividad conmemorativa al margen de las festividades de signo confesional, en cumplimiento del principio constitucional de la aconfesionalidad del Estado?
¿Cuándo tendrá en cuenta el Presidente del Gobierno de Aragón ese mismo principio de aconfesionalidad del Estado, al que representa?
¿Cuándo dejarán de llevarse unos y otros por la inercia de la costumbre y crearán un elenco de celebraciones civiles y militares realmente aconfesionales?