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«El prelado me sodomizó e intentó otros juegos sexuales»

Decenas de sordomudos italianos abusados exigen justicia – La Curia les acusa de «alucinación» y «vendetta»

Durante un siglo, el Instituto Antonio Provolo de Verona fue visto como un ejemplo modélico de la caridad de la Iglesia católica. El centro de la Congregación de la Compañía de María para la educación de los sordomudos ofrecía enseñanza gratis y vías de inserción laboral a docenas de niños con problemas de sordera y habla, originarios de familias pobres y campesinas del entonces miserable nordeste italiano.

Esta semana, cerca de 70 ex alumnos sordomudos del colegio, ahora hombres y mujeres de entre 41 y 70 años, han decidido romper décadas de silencio, en algunos casos medio siglo, y han revelado que sufrieron abusos sexuales y malos tratos a manos de sacerdotes y laicos de forma sistemática.

Los testimonios detallan decenas de casos de sodomía, masturbaciones forzadas, a solas y en grupo, golpes, vejaciones y amenazas. Un infierno de proporciones espantosas que duró al menos 30 años y ahora se abate sobre la Curia y la Santa Sede, responsable directa de la congregación, todavía hoy al frente del centro.

Según ha revelado el propio obispo de Verona, Giuseppe Penzi, entre los acusados de sodomía está Giuseppe Carraro, que fue prelado de la ciudad entre 1958 y 1978, fallecido y en proceso de beatificación.

Bruno, un ex alumno que frecuentó el instituto desde los nueve años hasta los 15 a finales de los años cincuenta, y a quien sus compañeros recuerdan como "el guapo", ha narrado por escrito su experiencia con el obispo Carraro. "Dos curas del Provolo me llevaron al palacio episcopal y me dejaron a solas con él. Era 1959. Yo tenía 11 años. Me sodomizó e intentó otros juegos sexuales. Fue una experiencia terrible".

No fue la única: "Desde tres meses después de entrar en el Instituto y hasta el último año fui objeto de atenciones sexuales. Fui sodomizado y forzado a mantener relaciones de todo tipo por los siguientes padres y hermanos". Y a continuación da una lista de 16 nombres.

Junto a él, 66 ex alumnos más firman la carta pública. Durante casi dos años, los sordomudos intentaron que la Curia veronesa les escuchara. Ante la falta de respuestas, enviaron su caso a revista L'Espresso con los testimonios de 15 miembros de la Asociación de Sordos Antonio Provolo.

Todos leen con gran dificultad, pero lo que cuentan es sencillo. Afirman que al menos 25 curas y hermanos laicos del centro abusaron de ellos durante años. Las sevicias empezaban a edades precoces y a veces se extendían hasta antes de la mayoría de edad.

"Me llamo A. V., nací en V. y frecuenté el Instituto para sordomudos Antonio Provola de Verona entre 1956 y 1969", narra uno de ellos. "De los seis a los diez años fui repetidamente sodomizado por dos curas (da los nombres), los dos todavía vivos, y por dos hermanos laicos (otros dos nombres), uno vivo y el otro fallecido. La violencia sucedía en los baños y habitaciones del instituto y, a veces en la Iglesia de Santa María del Pianto".

Entre los denunciantes hay también mujeres, como N. "Nací en V., y a los tres años me quedé sorda. Asistí al instituto desde los seis a los 17 años. A los 13, durante una confesión cara a cara, sin celda, Don Lino me tocó el seno varias veces. Me escapé y nunca me volví a confesar". Otras afirman que corrieron peor suerte.

La Curia queda en una situación muy difícil. Los ex alumnos han recordado que han obtenido la fuerza para contar su drama gracias a la firmeza mostrada por el papa Ratzinger el año pasado, cuando condenó los escándalos protagonizados por sacerdotes pederastas en Estados Unidos y Australia.

El obispo de Verona, Giuseppe Zenti, acusado de querer echar tierra al asunto, convocó el viernes una conferencia de prensa en el salón del episcopado, el mismo donde Bruno fue presuntamente abusado hace 30 años. Zenti negó haber sido "reticente" y dijo que los episodios serán analizados y aclarados. A la vez, quitó crédito a las denuncias calificándolas de "alucinación" y de "vendetta".

Su versión es que la asociación de sordos le amenazó con sacar a la luz casos de pedofilia inventados si no les cedían gratis un local para sus reuniones. "La verdad siempre se sabe y no nos da miedo", afirmó Zenti, "pero estoy convencido de que se trata de un montaje. Es un teorema inconsistente fabricado para obtener los bienes de la congregación". "Exijo pruebas", concluyó.

Su jefe de prensa, Bruno Fasani, fue más ingenioso: "Sostener que 25 curas de 26 practicaban la sodomía y otras cosas… Ni un burdel habría soportado ese ritmo".

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