La comisión parlamentaria italiana sobre Sanidad decidió hoy por mayoría pedir al Gobierno que no autorice la comercialización de la píldora abortiva, que había sido aprobada el pasado julio frente a la oposición del Vaticano y los sectores más conservadores del país.
La comisión ha redactado un texto en el que describe las incompatibilidades de la distribución de la RU-486 y la ley sobre el aborto y que ahora será presentado al Ministro competente Maurizio Sacconi, quien tendrá que decidir.
El texto para frenar la distribución de la píldora abortiva fue aprobado por catorce votos a favor contra los ocho en contra de los miembros de los partidos de la oposición.
Según el documento, con la RU-486 la interrupción del embarazo para las mujeres italianas será mucho más fácil respecto a lo que permite la ley sobre el aborto y por ello se insta a que se impida su venta, así como su uso en las estructuras sanitarias.
La ley sobre el aborto en Italia prevé que la interrupción del embarazo sea efectuada en el interior de las estructuras hospitalarias y antes de los 90 días de gestación.
El Consejo de Administración de la Agencia Italiana del Medicamento (AIFA) había autorizado el pasado julio la comercialización de la píldora abortiva.
En aquella ocasión, el presidente emérito de la Academia para la Vida, Giuglio Sgreccia, había condenado el uso de la RU-486 al calificarla de "veneno letal y no un fármaco", así como "un pecado y un delito" y había señalado que su uso o su prescripción comporta la "excomunión" de la Iglesia.
La decisión de hoy ha sido fuertemente criticada por las formaciones progresistas de la oposición como el Partido Demócrata (PD) que ha acusado al Gobierno de querer dar un "viraje antiabortista" al país.
"Esta decisión es otro ejemplo de cómo se deja sola a la mujer en manos de posiciones antiabortistas que manipulan la ciencia para sus propios objetivos políticos", afirmó Silvio Viale, el ginecólogo encargado de la experimentación sobre la píldora abortiva en el hospital Santa Ana de Turín (noroeste).
La píldora abortiva permite interrumpir el embarazo hasta las siete semanas de gestación sin intervención quirúrgica y el primer país que aprobó su uso fue Francia, en 1989, seguido de Australia, China y la India, mientras que en España su utilización es legal desde febrero de 2000.