Benedicto XVI condena las «ilícitas compraventas de órganos» e insiste en la necesidad de un consenso global en los criterios de verificación de la muerte de una persona.
Benedicto XVI se opuso a la creación y sucesiva destrucción de embriones humanos como "material terapéutico" porque, según argumentó, "contradice las bases culturales, civiles y éticas sobre las que se apoya la dignidad de la persona".
El Papa se dirigió así a los participantes en el Congreso Internacional sobre la Donación de Órganos promovido por la Academia Pontificia para la Vida en colaboración con la Federación Internacional de las Asociaciones Médicas Católicas y el Centro Nacional Italiano de Trasplantes.
Benedicto XVI pidió además que la "lógica de mercado" no impere en el ámbito de los trasplantes de órganos a pesar de "la proliferación de las peticiones" para este tipo de intervenciones.
El Papa comentó que la donación de órganos debe darse de forma gratuita, voluntaria y respetuosa con la dignidad del donante y agregó que las "lógicas de compraventa de los órganos", son "moralmente ilícitas" y que deben "condenarse" por tratarse de prácticas "abominables".
Asimismo, Benedicto XVI alentó la donación de órganos pero insistió en la necesidad de que exista un consenso de toda la comunidad en los criterios de verificación de la muerte de una persona. "En este ámbito no puede existir la mínima sospecha de arbitrariedad, y en aquellos casos en los que no exista una certeza debe prevaler el principio de precaución", dijo el Papa.
Asimismo, agregó: "En estos casos el criterio principal que debe tenerse en cuenta es el respeto por la vida del donante, y por ello el uso de los órganos se puede consentir tan sólo ante la situación de su muerte real".