“Hablamos sobre el futuro, de cómo apoyar a las víctimas, no sobre el pasado”, aseguró Phil Nagle, una de las víctimas que participó del encuentro en el hotel Quirinale de la capital italiana, desde donde el cardenal testificó cuatro días seguidos por videoconferencia ante la Royal Comission de Australia que investiga si tenía conocimiento sobre casos de abusos en su país.
Pell, de 74 años y prefecto de la Economía del Vaticano, debió comparecer sobre su conocimiento de los abusos a menores en las ciudades australianas de Ballarat, donde nació y trabajó de sacerdote, y Melbourne, donde fue obispo auxiliar y arzobispo.
El cardenal australiano recibió el “apoyo total” del papa Francisco el martes, tras un encuentro privado que mantuvieron en medio de las jornadas de declaración.
Durante sus comparecencias, Pell reconoció que la Iglesia cometió “enormes errores” y que “se está trabajando para remediarlos”.
El religioso alegó también su desconocimiento ya que en esa época existía “un mundo de crímenes y encubrimientos” en el que “la gente no quería que se perturbara el status quo”.
Muchos de los abusos fueron perpetrados por cinco sacerdotes durante un mismo período de tiempo en Ballarat, un hecho que Pell calificó como una “desastrosa coincidencia”, aunque las víctimas sostuvieron que se trató de algo “sistemático”.
Los cuatro días de declaración del cardenal fueron seguidos en directo por unas quince víctimas de los abusos sexuales, que confían en poder ver mañana al papa Francisco.