Por primera vez, el Vaticano abre un debate sobre el celibato a raíz del «caso Milingo»
El Papa ha convocado para mañana una reunión de los jefes de los dicasterios de la Curia, la tercera de este tipo que organiza en su mandato, con un orden del día sorprendente: «Realizar una reflexión sobre las peticiones de dispensa de la obligación del celibato y sobre las peticiones de readmisión al ministerio sacerdotal presentadas por sacerdotes casados». Por el solo hecho de que la cúpula de la Santa Sede se siente al menos a hablar de ello, aunque sea probablemente para reafirmar que siguen pensando lo mismo de siempre, supone toda una novedad. Una apertura expresa al debate sobre un tema tan delicado no tiene precedentes y el origen puede ser el sonado ‘caso Milingo’, el otro asunto de discusión de la jornada. El ex-arzobispo africano fue excomulgado el mes pasado tras ordenar obispos a cuatro curas casados y ha organizado un congreso mundial de estos sacerdotes en Nueva York en diciembre.
El anuncio del encuentro también ha sido extraño, porque surgió la noche del lunes, a eso de las nueve. Probablemente fue una decisión del Vaticano para atajar los rumores de que otro de los temas a debatir sería la aproximación a los ‘lefevbrianos’, el grupo cismático francés partidario de la doctrina anterior al Concilio Vaticano II y que últimamente negocia un regreso al redil, con cierta preocupación de la Iglesia francesa por las posibles concesiones de la Santa Sede. «No están previstos otros temas en el orden del día», aclaraba la nota para zanjar los comentarios.
De lo que se va a hablar, por tanto, es de qué hacer con los curas casados o con los que querrían casarse, sobre todo con el telón de fondo de la crisis de vocaciones. Con estas reuniones, Benedicto XVI ha introducido un poco de aire asambleario y de consulta que con Juan Pablo II no se veía por ninguna parte. Participan en los encuentros 21 cardenales y prelados, los prefectos de las nueve congregaciones y los presidentes de los 11 pontificios consejos.