A pesar de la apertura de diligencias por parte de la Fiscalía Provincial de Las Palmas, denuncia llevada a cabo por el Cabildo de Gran Canaria y el “rechazo y desautorización” por parte de la Diócesis de Canarias respecto a sus opiniones en el caso de Anna y Olivia, el sacerdote Fernando Báez volvió, en la mañana de este lunes, 14 de junio, a justificar a Tomás Gimeno, calificándolo de “pobre hombre”. Además se dirigió hacia los críticos del asesinato de sus dos hijas a los que tachó de “asesinos o más y peor, porque se igualan y hasta le ganan”.
Texto íntegro de Báez:
“Los hay que se han despachado bien insultando, a Antonio al padre de Ana y Olivia, y no se dan cuenta estos pobres que se ocupan de insultar a este pobre hombre, por el crimen de matar a sus hijas y posterior suicidio, que los que se ponen a insultarlo y a decir lo último y lo más fuerte son tan asesinos o más y peor que el mismo Antonio, pues se igualan y hasta le ganan, ya que se han convertido en Jueces de alguien ocupando el puesto de Dios que es el que juzga a vivos y muertos, y cuando nos mandó a amar incluso al enemigo y al pecador, ningún caso que se le hacen a Dios, pues entramos en la línea del odio, de la agresión, de las ofensas y todo ello es igual o más que un crimen, es igualmente matar, y hablado de muerte son tres, dos angelitos y una persona mayor en edad, que si hizo lo que hizo, el que esté libre de pecado –independientemente de la gravedad de los mismos- que tire la primer piedra, y quien odia a su hermano por muy criminal y asesino que sea, es también otro criminal, el odio no es cristiano y sí el perdón, y que nadie peque creyendo es un santo, pues se mata igualmente al ofender, al criticar, al difamar, y nada de eso es cristiano –repito-, y digo cristiano porque al menos están bautizados todos estos que se dedican a ofender y a insultar a un pobre pecador, por quien debemos rezar y pedir perdón por él a Dios, cosa que en su misericordia ha hecho, porque Él sí que es Padre, Padre de todos, de buenos y malos, de culpables y de inocentes. Por Ana y Olivia, no hay que rezar, pero por las madres de las niñas y por la madre de Antonio, que aunque es un decir es una puta por lo que ha hecho su hijo, sí que rezar pidiéndole tenga paciencia y paz, no alimenten el odio y la agresividad, al violencia y el rencor; recemos pues por estos tres –no por las niñas que no lo necesitan- y recemos también por los que insultan faltando gravemente al primer y mayor mandamiento que es el no amar al prójimo, independientemente haga lo he haga, esté vivo o muerto.
Repito: tan criminal es el que mata como el que odia y agrede, son formas distintas de matar y el daño del que ofende y ataca sin piedad al que se ha portado mal, se lo hace a sí mismo, no al que ofende. Así, que pecan igualmente. Por supuesto pienso en cristiano, otra cosa muy diferente es que no se sea cristiano, a los que respeto, y no ofendo por más que digan lo que digan. Lo nuestro, seguidores de Jesús el Hijo de Diso, es: perdonar”.