El arzobispo de Bisciglie, cerca de la localidad italiana de Bari, al sureste del país, ha pedido al Vaticano el cierre del convento de Santa Clara porque las tres últimas hermanas de la comunidad se peleaban hasta el punto de haber llegado a las manos, contaba el domingo la prensa italiana. La superior, la hermana Liliane, fue arañada en la cara y tirada al suelo el 19 de julio pasado por las hermanas Anne-Marie y Jean-Baptiste, que le reprochaban su autoritarismo y sus comentarios, escribían los periódicos. Después de haber intentado limar asperezas, el arzobispo, monseñor Giovani Battista Pichierri, terminó por constatar a finales de agosto "la desaparición evidente de vocación religiosa y de comunidad eclesial" entre las hermanas y ha solicitado el cierre del convento. Las hermanas Anne-Marie y Jean-Baptiste se han marchado a otra comunidad de monjas clarisas, pero la hermana Liliane se ha negado a abandonar el convento y ha prohibido el acceso al arzobispo, de quien ella sospecha que quiere cerrar el convento solamente para recuperar el lugar y confiárselo a otra comunidad. La hermana Liliane vive en el convento desde su fundación, en 1963. Será el Vaticano el que, informado del conflicto, se pronuncie sobre si es necesario el cierre definitivo de la comunidad de clarisas de Bisciglie
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