El obispo de Canarias, Ramón Echarren, expresó ayer su desacuerdo con la obligatoriedad de estudiar religión o historia del hecho religioso que impone la nueva ley educativa española. Debe respetarse el parecer de los padres al respecto, declaró el prelado poco antes de asistir a un homenaje que le ofrecieron los alumnos del instituto de secundaria Franchy Roca, de Las Palmas de Gran Canaria, donde se ha creado un grupo de trabajo que promueve la solidaridad y la integración de razas y culturas.
Echarren recordó que la Carta de los Derechos Humanos de la ONU «reconoce el derecho de todo ciudadano de elegir la educación que quiera para sus hijos». «Es un derecho fundamental, no lo inventó la Iglesia, sino que está aprobado por 160 naciones; y ahí está bien claro», dijo.
El obispo de la provincia de Las Palmas señaló que este derecho de elegir la educación de los hijos es inalienable a la condición humana. «Da igual que sea un agnóstico, un ateo, un católico, un musulmán, un hindú o un bahai; tienen el mismo derecho». Por esta misma causa, matizó que la enseñanza de religión «no es una reivindicación de la Iglesia, sino de todas las religiones, todas las confesiones y todas las ideologías».
Ramón Echarren reconoció que la instauración de la enseñanza religiosa en el sistema académico español «es un tema abierto desde los tiempos de Franco», donde «no se acaba de dar en el punto exacto necesario, porque se mezclan las ideologías y las distintas tendencias». El obispo advirtió que «cuando en las decisiones en política, y sobre todo en la enseñanza, se mezclan las ideologías, el que sale perdiendo es el ser humano», como en otras «dos docenas de casos» sin resolver que no especificó.
«Vivimos en una democracia en parte degradada, porque una cosa es lo que dice la Constitución y otra es la vida», denunció Echarren antes de señalar que «muchos derechos constitucionales no se cumplen», entre los que citó «el derecho a movernos libremente por el mundo, el derecho al trabajo, a la alfabetización, a una vivienda digna». «Las tres cuartas partes de la Constitución están por cumplir», concluyó el prelado. Antes de llegar a Canarias Echarren fue obispo auxiliar del cardenal Tarancón en la archidiócesis de Madrid.