Su predecesor está acusado de haber abusado de dos de sus sobrinos cuando eran menores
El nuevo obispo de Brujas (Bélgica), Jozef De Kesel, tiene la fórmula para que no se repitan en el seno de la Iglesia los múltiples escándalos de abusos sexuales de sacerdotes a menores. Para el sustituto de Roger Vangheluwe -acusado de abusar de dos de sus sobrinos- la Iglesia debería reconsiderar la obligación del celibato para los sacerdotes, según aseguró en declaraciones a la radio belga Radio 1 (VRT).
"Pienso que la Iglesia debe preguntarse si conviene conservar el carácter obligatorio del celibato", dijo De Kesel. "Se podría decir que hay curas célibes pero también hay personas para las que el celibato es humanamente imposible de respetar, y que también deberían tener la oportunidad de convertirse en sacerdotes", añadió.
Preguntado sobre la posibilidad de que las mujeres ejerzan el sacerdocio en un futuro, De Kesel estimó que "la discusión sobre el celibato podría tener consecuencias más rápidas que la del acceso de las mujeres al sacerdocio".
El antiguo obispo de Brujas Roger Vangheluwe fue cesado en abril, después de que reconociera que había abusado sexualmente de uno de sus sobrinos. Esta semana, otro sobrino le denunció por el mismo delito aunque, como en el caso del primero, el delito ha prescrito penalmente.
Vangheluwe, que permaneció casi 30 años en la vida pastoral activa, hasta que se destapó el escándalo, podría ser sancionado por el Vaticano, que hasta ahora sólo lo sustituyó al frente de la diócesis de Brujas. La fiscalía espera cerrar su investigación sobre el obispo en un mes, antes de decidir si emprende algún tipo de acción legal. El fiscal de Lieja cree que la Justicia "podría juzgar estos casos" si son considerados como antecedentes de otros delitos.
Vangheluwe se ha convertido en el símbolo de la impunidad en Bélgica. Mientras, el país ve con indignación cómo el prelado gozará, hasta que fallezca, de una pensión mensual de 2.800 euros.
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