Una vez más, el lugar teniente del cardenal Antonio María Rouco Varela, el obispo auxiliar de Madrid y portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, habla como un provocador profesional.
McCarthy con alzacuello
Sostiene esta especie de McCarthy con alzacuello, dispuesto probablemente a montar en cualquier momento una caza de brujas, que la “ideología de género” ha supuesto la “deshumanización” del ser humano, la devaluación del matrimonio y la desprotección de la familia.
¿Ideología de género?
Subraya que nos conduce la “ideología de género” hacia una “cultura de la muerte”, a través de leyes que ponen de manifiesto que la actual es una “sociedad enferma”.
Reñir y vivir del cuento
Este profeta de las catástrofes, que todo le parece mal, o incluso maligno, que no hace más que reñir a los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país y vivir del cuento, ahora le ha dado -con la venia de sus superiores- por evocar a la muerte, como castigo divino por las bodas gays.
Clérigos con mando en plaza
En sus devaneos, delirios o desatinos se han sacado estos clérigos con mando en plaza otra teoría sobre “la cultura anclada en la llamada revolución sexual, influida por la ideología de género, presentada jurídicamente como “nuevos derechos” y difundida a través de la educación en los centros escolares”.
Paridas celestiales
Sus paridas creen ellos que son celestiales, mientras se dedican a condenar al tutti quanti, como si fuéramos amigos de los demonios. Advierte el tal Camino que la “ideología de género” apoya que “cada uno puede optar en cada una de las situaciones de la vida por el género que desee, independientemente de su corporeidad” lo que es una “deriva hacia el permisivismo más radical y en última instancia el nihilismo más absoluto”.
Coherentes con su fe
Y aviso de pecado para navegantes del Tribunal Constitucional: “Nadie puede refrendar con su voto leyes como las vigentes, que dañan tan gravemente las estructuras básicas de la sociedad. Los católicos, en particular, deben tener presente que, como servidores del bien común, han de ser también coherentes con su fe”.
La paja y la viga
¿Son “coherentes con su fe” estos jerarcas de la religión católica que sólo les preocupa, al parecer, la homosexualidad y el sexo, como si los homosexuales no fueran también hijos de Dios? ¿O no son hijos de Dios, monseñor Camino, tan experto en ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio?
Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM