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El librepensamiento no es patrimonio exclusivo de Occidente

La laicidad y el librepensamiento no son patrimonio exclusivo de Occidente. El mundo árabo–musulmán experimentó importantes corrientes filosóficas liberales desde los primeros siglos del nacimiento del islam.

La Mu’tazila (s.VIII) y Los Hermanos de la Pureza (s.X) fueron la avanzadilla de una tendencia librepensadora que ha perdurado a lo largo del tiempo en forma de escuelas, grupos o simplemente individuos independientes.

La primera, conocida como la escuela racional del islam, defendió el libre albedrío frente la predestinación. Antepuso la razón a los fanatismos que se disfrazan de “tradición”. Y la segunda llamó a la unión de las religiones monoteístas y otorgó a los filósofos el mismo rango que a los profetas.

Grandes figuras en el mundo de la ciencia, literatura y filosofía enriquecieron esta tradición liberal como Ibn al-Muqaffa’ (m. 759), al-Razi (846-923) o al-Ma’arri (973-1058), cuestionando conceptos y creencias tan arraigadas como la profecía y la utilidad de las religiones.

A lo largo de los siglos XIX y XX aparecieron en el mundo árabe importantes intelectuales y pensadores que defendieron en sus discursos, artículos y libros a la laicidad como el mejor sistema para garantizar las libertades religiosas y la Igualdad. Varios se formaron en la Facultad Protestante Siria (hoy Universidad Americana) de Beirut, como Shibli al-Shumayl y Farah Antón. Otros siguieron sus pasos, como Yuryi Zidan, Yaqub Sarruf, Salama Musa y Niqula Haddad. Compartían una idea común: “la verdadera religión es la religión de la ciencia racional” y reclamaban un estado árabe único en el que participarían cristianos, musulmanes, judíos y otros credos en pie de igualdad.

En el momento actual abundan en el mundo árabe y musulmán intelectuales liberales y laicos que se esfuerzan en explicar los beneficios de la separación entre religión y política, el dominio de la razón y la ciencia y los inconvenientes del estado teocrático. En su lucha contra los poderes establecidos, algunos de estos intelectuales han sido perseguidos, declarados apóstatas, detenidos e incluso, algunos, asesinados.

Es de sobra conocido el caso del profesor Nasr Hamid Abu Zayd, quien fuera denunciado en 1995 por sus pares universitarios debido a las ideas que expresaba en obras suyas como El Corán y el futuro del islam, consideradas contrarias al espíritu del islam. Abu Zayd afirmaba en sus estudios la necesidad de liberarse del dominio de los textos sagrados, incluido el Corán. Recomendaba, además, la aplicación de la hermenéutica -establecer el sentido auténtico de los textos antiguos y fijar los principios y normas que han de aplicarse en la interpretación de los libros sagrados- en los estudios coránicos.

Nadie debe ignorar la tenaz lucha de un gran número de feministas como Saadawi, Mernisi, Temzali, Olfa Yusuf, que invitan en sus apariciones públicas a la innovación del discurso religioso para estar acorde con la vida moderna y para que las mujeres ocupen el lugar que les corresponde en las sociedades árabes y musulmanas.

Waleed Saleh es profesor de Estudios Arabes e Islámicos de la Universidad Autónoma de Madrid. Autor de “Librepensamiento e islam” (Tirant Humanidades, Valencia)

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