«Seguridad reforzada». Esta fue la consigna que repetieron ayer en la capital gallega tanto el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy , como el de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el arzobispo de Santiago, Julián Barrio. En la ceremonia de entrega del Códice Calixtino, Rayoy dejó claro que «ahora toca tomar las decisiones oportunas».
Con esa finalidad, anunció la firma de un convenio entre la Delegación del Gobierno, la Xunta y el Arzobispado para la seguridad del patrimonio histórico, «que establecerá las medidas de protección correctas». También recomendó que el Instituto de Patrimonio Histórico español -«especializado en la restauración de bienes»- hiciera una evaluación del estado actual del manuscrito. Rajoy no dudó en ponerse a disposición del Arzobispado «para evitar que algo así vuelva a repetirse» y recordó que «el Códice tiene propietario, pero todos lo sentimos como nuestro».
El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, aseguró que no se escatimarán «esfuerzos» en seguridad y que el manuscrito se encuentra en buen estado. En cuanto a la futura exhibición del manuscrito, fuentes de la catedral aclararon que «se mostrará al público cuando proceda». El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, el primero en tomar la palabra, ofreció la ayuda de su ejecutivo para preservar el documento en las condiciones que se merece. «Una parte del alma de los gallegos estaba secuestrada. En el Códice está escrita una parte de lo que fuimos. Da fe de nuestro papel en las páginas más brillantes de la historia…», manifestó emocionado. Tampoco faltó un agradecimiento expreso a las fuerzas y cuerpos de seguridad y a los dos gobiernos estatales que «en este último año no lo dieron jamás por perdido».
Feijóo se sumó al sentimiento de gratitud de Rajoy y Barrio hacia «toda la gente anónima que trabajó en silencio para recuperarlo. Su labor está recibiendo alabanzas de todo los lugares del mundo», subrayó el presidente de la Xunta.
