El clero musulmán y el Gobierno de Egipto nunca han estado tan unidos como bajo el régimen del mariscal Abdelfattá al Sisi. O mejor dicho, nunca el Estado ha ejercido un control más férreo del islam oficial. El pasado viernes fue el primero en el que se aplicó una nueva directiva del Ministerio de Asuntos Religiosos que obliga a los imanes de todas las mezquitas del país —con solo alguna excepción— a leer los sermones preparados por el Gobierno para el día de la plegaria. Aquellos que se aparten del texto dictado, aunque sea por un puñado de palabras, podrán incurrir en sanciones.
La medida es la última de una retahíla adoptada por el régimen surgido del golpe de Estado militar del 2013 para poner fin a la libertad religiosa en las mezquitas al considerar que algunas constituían un refugio de los Hermanos Musulmanes, el proscrito movimiento islamista. En 2014, el Gobierno ya limitó el margen de maniobra de los imanes al obligarles a ceñirse en sus sermones de los viernes al tema escogido por el Ministerio de Asuntos Religiosos; pero hasta la semana pasada, todavía podían abordarlo desde el ángulo que consideraran adecuado.
El ministro Mohamed Mojtar ha negado que su voluntad sea politizar los sermones en favor de las tesis del Ejecutivo, y ha justificado la decisión en la propensión de algunos imanes a realizar discursos tan largos que acaban aburriendo a los fieles. La decisión ha sido acogida con malestar por buena parte del clero musulmán. En primer lugar, porque mina su independencia y credibilidad ante los creyentes, pues puede pasar a ser visto por muchos de ellos como un simple portavoz del Gobierno. Además, los imanes sostienen que, para ser escuchados con atención, sus sermones deben ajustarse a la realidad social de cada barrio o pueblo en un país tan diverso como Egipto. Con la ayuda de la Universidad de Al Azhar, uno de los principales centros teológicos del islam suní, el Ministerio de Asuntos Religiosos realizará numerosas reuniones con los imanes de todo el país con el objetivo de convencerlos de la bondad de la iniciativa.