La portavoz adjunta del PSOE en el Senado, Miriam Andrés, criticó esta tarde que el Gobierno plantee una reforma de la Ley del Aborto para dar gusto a la Iglesia, ignorando los problemas que suponen para la salud materna los abortos inseguros.
Andrés, senadora por Palencia, intervino en la sesión de control parlamentario de la Cámara Alta y preguntó a la Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, si, teniendo en cuenta que el objetivo común de todas las políticas llevadas a cabo por este Gobierno es la reducción del déficit y el ahorro en el gasto público, ha calculado el impacto económico de las interrupciones voluntarias del embarazo realizadas fuera de la Sanidad Pública.
La parlamentaria del PSOE pidió a la Ministra Mato que analizara la propuesta de reforma de la Ley de interrupción voluntaria del embarazo y, en este sentido, señaló que es la excepción a sus políticas “en busca de la racionalización del gasto” como suelen llamar los dirigentes del PP a los recortes en servicios y en derechos.
Miriam Andrés, portavoz de su Grupo en materia de Servicios Sociales, puntualizó que no es la primera reforma planteada para “dar gusto a la Iglesia Católica, como Dios manda, y así retroceder en el desarrollo y progreso de nuestro país a niveles de los años sesenta, aunque esto se haga a costa de contradecir los compromisos de España con Naciones Unidas y los Objetivos de Desarrollo del Milenio”.
Seguidamente, Andrés explicó que la mejora de la salud materna fue uno de los ocho objetivos cuya clave estaba en reducir, para el año 2015, la mortalidad materna un 75% desde los niveles de los años 90. Además, recordó que la OMS apunta que esto no podía lograrse si no era abordando la cuestión del aborto inseguro, que produce 1 de cada 8 muertes maternas.
La portavoz adjunta del PSOE en el Senado preguntó a la Ministra Mato si sabía que en el cómputo de los países cuyas leyes son más restrictivas mueren 7 mujeres cada hora debido a complicaciones derivadas del aborto inseguro. En este sentido, añadió que esta reforma no ahorra en gasto en sanidad, porque las complicaciones posteriores serían tratadas por nuestro Sistema Nacional de Salud, no rebaja el número de abortos, porque a lo largo de estos años se ha demostrado que aquellos países cuyas legislaciones son más flexibles son los países donde menos abortos se realizan, elimina derechos reproductivos conquistados por y para las mujeres e incrementa la brecha de la desigualdad entre mujeres sin recursos y mujeres con ellos.
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