Reunión en la sede de la Conferencia Episcopal de la Mesa por el Pacto Educativo para analizar el proyecto que va a estudiar el Congreso
Estos días se ha celebrado en la sede de la Conferencia Episcopal Española una nueva sesión de la Mesa por el Pacto Educativo, un grupo de trabajo de la Iglesia para afrontar una respuesta coordinada al proyecto del Pacto Social y Político por la Educación que se debate en el Congreso de los Diputados.
Presidida por el cardenal Ricardo Blázquez, la mesa de la Iglesia está compuesta, entre otros, por el presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, César A. Franco; el secretario general, José Mª Gil Tamayo; y el director del secretariado de la citada Comisión, José Miguel García. En ella participan también representantes de la patronal de la Escuela Católica y de CECE, así como de los padres de alumnos católicos.
Dos cuestiones principales preocupan a la Iglesia respecto al Pacto educativo, y que se han abordado en estas reuniones: la asignatura de Religión y el sistema de la educación concertada.
La asignatura de religión será uno de los temas estrellas que se abordará, a la vuelta de vacaciones de Navidad, en el seno de la Comisión del Congreso de los Diputados. El PSOE, Podemos y Ciudadanos quieren que esa materia no sea evaluable.
Socialistas y Podemos apuestan, además, por llevarla fuera del horario escolar. Ciudadanos es partidario de dar una asignatura de historia de las religiones. Y el PP, que defiende mantener el estado actual de las cosas, parece que se va a quedar en minoría.
La asignatura no será un escollo
Fuentes internas del Partido Popular manifiestan que la asignatura de religión no será un escollo para que se firme el Pacto educativo.
Incluso algunos dentro de las filas populares afirman que se les ha hecho saber, por parte de la Iglesia, que habría que priorizar el mantenimiento del sistema de la educación concertada antes que la asignatura de religión.
Una propuesta que fuentes de la Conferencia Episcopal consideran inviable, pese a la fuerte presión de los colegios de religiosos adscritos a este modelo.
Sobre la asignatura de religión pesa, además, el hecho de que está recogida en los Acuerdos entre la Iglesia y el Estado.
