La Iglesia anglicana acusa a Blair de favorecer a los musulmanes
La polémica del velo divide al Gobierno británico y a los líderes islámicos del Reino Unido. El viceprimer ministro, John Prescott, reivindicó ayer el derecho de las mujeres musulmanas a taparse el rostro. Prescott no comparte lo dicho el viernes por el líder de la Cámara de los Comunes y antiguo titular de Exteriores, Jack Straw, quien pidió la retirada del velo porque, según dijo, dificulta la comunicación y fomenta la separación. "Si una mujer quiere llevar el velo, ¿por qué no debe hacerlo? Es su elección", señaló Prescott. Sin embargo, este apoyó la idea de "un debate adecuado" sobre la sugerencia de Straw.
A la controversia sobre el papel del islam en la sociedad británica, se sumó ayer la voz de la Iglesia anglicana, que acusó al Gobierno laborista de Tony Blair de favorecer deliberadamente a los musulmanes. En un documento confidencial, obra de Guy Wilkinson, asesor del arzobispo de Canterbury para las relaciones entre diferentes creencias, se afirma que los anglicanos han sido "dejados de lado" mientras se ha dado un tratamiento "preferencial" a los británicos musulmanes.
POLÍTICA "ESQUIZOFRÉNICA"
El informe, titulado Cohesión e Integración, publicado por The Sunday Telegraph, considera que se ha otorgado una atención desproporcionada a la comunidad islámica, que solo representa el 3% de la población. También califica de "esquizofrénica" la política multicultural del Ejecutivo y sostiene que los esfuerzos para integrar a los musulmanes, "no han tenido un impacto positivo".
El Gobierno de Blair se halla entre dos fuegos, a pesar de sus esfuerzos por distanciarse de los comentarios de Straw. La ministra de Sanidad, Patricia Hewitt, también salió en defensa del velo, aunque reconoció que en el pasado lo había considerado como un símbolo de la opresión femenina.
Sin embargo, no todos en el Ejecutivo creen que Straw esté equivocado. El secretario de Estado para el Gobierno Local y las Comunidades, Phil Woolas, respaldó al exministro, advirtiendo que llevar la cara cubierta puede provocar "miedo y resentimiento". Woolas abogó por un debate, para romper "el círculo vicioso" de las "malinterpretaciones".
LA COMUNIDAD ISLÁMICA
También los líderes islámicos difieren en sus opiniones. Tahir Alam, del Consejo Musulmán de Gran Bretaña, cree que Straw debía haber sido "más responsable cuando hizo este tipo de comentario", porque "sirve de alimento a los intolerantes".
Sin embargo Ghayasuddin Siddiqui, del llamado Parlamento Musulmán de Gran Bretaña, defendió la propuesta, sobre "un asunto que no es religioso, sino cultural", y subrayó que "los musulmanes no han logrado crear una fórmula para discutir esos problemas".