Un juez británico desestima la demanda de un cristiano despedido por no querer dar terapia a parejas gays
Todos los ciudadanos tienen derecho a tener unas creencias religiosas, pero delante de un tribunal no sirven. Así de claro lo ha dejado un juez británico ante la demanda de un católico despedido por negarse a dar terapia a parejas homosexual. El juez dice, además, que ofrecer cualquier tipo de protección de una religión frente a otra es la mejor manera de encaminarse hacia un régimen "teocrático".
El argumento de Gary McFarlane, de 48 años, es difícil de sostener según el juez. McFarlane recurrió su despido al Tribunal de Apelaciones diciendo que obligarle a algo que enseña la Biblia es una discriminación por motivos religiosos.
Incluso habiendo contado con el apoyo del arzobispo de Canterbury, Lord Carey, McFarlane no pudo cambiar la opinión del juez. El religioso se presentó como testigo en el tribunal de Bristol para apoyar a McFarlane. Anteriormente, tanto él como otros miembros de la Iglesia Católica, habían denunciado una campaña de discriminación contra los cristianos católicos.
“No es más que un paso entre el despido de un empleado cristiano y el final de la contratación de cualquier cristiano. Creo que más decisiones de este tipo van a terminar así y es el momento de actuar", dijo Carey.
"Ninguna religión por encima de otra"
Algunos creen que esta decisión puede impedir el accesode los cristianos a determinados puestos de trabajo
Pero Laws no tuvo en cuenta ese razonamiento y dijo que "no vivimos en una sociedad en la que todo el mundo tiene las mismas creencias religiosas. Ninguna religión puede estar por encima de otra ante la ley. Si fuera así, los que no serían menos ciudadanos y nuestra constitución estaría en camino de convertirse en una teocracia, lo que debe ser un motivo de autocrítica".
Según recoge el diario The Times, para Andrea Williams, director del Centro Legal Cristiano, "la decisión del juez podrían provocar una barrera religiosa en las contrataciones, en la que los cristianos podrían estar vetados en puestos como concejales, profesores, trabajadores sociales o en agencias de adopción".
Laws no negó la profunda tradición juedeo critiana, pero simplemente insistió en que Carey parecía estar pidiendo la protección de los cristianos ante la ley. Algo que merece una distinción entre, "la protección de la ley ante la libertad religiosa y la protección de la ley ante el contenido de esas creencias".
La decisión del juez, además, va acorde con la nueva ley de Igualdad del Gobierno laborista que incluye cosas como que los pastores estarán obligados a oficiar bodas civiles en iglesias. Un tema sobre el que el Vaticano se permitió el lujo de pronunciarse en contra, provocando el rechazo de la sociedad británica.