Todos los sábados, en RPP, el cardenal Juan Luis Cipriani tiene su programa al que llama «Diálogos de fe», el cual últimamente usa para criticar la ‘ideología de género’, la cual, según él, destruye la familia y la vida. Aunque usa la mayor parte de su programa para hablar de cosas las relacionadas con su credo.
En esta última edición de su programa, uno de los temas que el cardenal explicó es cómo el Estado peruano sí es laico, y que ser católico no significa tener beneficios del Estado ni un trato especial. Lo que hay, dice, es un acuerdo entre dos estados (Acuerdo entre la Santa Sede y Perú).
«Hay un acuerdo entre dos estados, en el que el Estado peruano y el Estado vaticano concuerdan por motivos históricos, no de prebenda ni de regalo, un tratamiento sobre algunos impuestos: lo concuerdan, por una realidad de la historia: por lo que la iglesia dio en su momento a favor del estado peruano«.
A partir del minuto 9:30:
¿Qué es «lo que la iglesia dio en su momento a favor del Estado peruano«? Sin duda mucha obra social positiva en el país, pero su historia también nos habla de casos de encubrimiento de abusos sexuales (caso Sodalicio) o cómo mantuvo silencio frente a la violencia de las fuerzas del orden contra la población bajo el argumento de que luchaban contra el terrorismo, tal como lo expuso la Comisión de la Verdad y la Reconciliación. Esa historia que él alega para mantener el acuerdo podría servir para que el Estado peruano rompa el acuerdo que tiene con el Vaticano.Cipriani da entender que la relación entre la Iglesia Católica y la República del Perú no pasa por si el Estado peruano es laico o no, sino por que los gobiernos respeten el acuerdo firmado con la Santa Sede, el otro país, el Vaticano, que mantiene sus intereses en el Perú, intereses que Cipriani defiende aquí.
Lo que también está explícito en lo dicho por el cardenal es que el favor de la Iglesia en el Perú debe ser devuelto. ¿No se lee acaso en el evangelio de Lucas (6:35) las palabras de Jesús «haced bien, y prestad no esperando nada a cambio«? Pero en ese nivel, de intereses de países, parece que no funciona. Esto da a pie pues a los críticos de la iglesia que repiten la idea de que los católicos no practican lo que predican. Como esa broma que dice que existen dos tipos de católicos: el que lo practica y el que no.
Los beneficios tributarios de los goza la institución son exoneraciones al IGV, al impuesto predial, a la renta y al impuesto vehicular. A esto hay que sumarle la subvención de S/ 2.6 millones anuales del Erario para pagar los sueldos a más de mil personas de la Iglesia Católica.