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El calvario de las víctimas de abuso sexual

Sacerdote señalado siguió ejerciendo «y violando» luego de que lo denunciaran a su iglesia

Carlos Pérez Carrillo asegura haber sido víctima de abuso sexual cuando era un adolescente y afirma que durante dos décadas ha vivido su propio calvario.

A pesar de sus 38 años, dice que no olvida “la pesadilla sufrida desde que conoció al sacerdote John Anthony Salazar”.

“Como yo, existen miles de personas que sufrieron traumas horribles”, narró Pérez Carrillo. “He pasado muchos años para poder salir de esta pesadilla”.

Casado y con tres hijos, Pérez Carrillo contó a La Opinión la experiencia que afirma haber padecido a la edad de 14 años en su propio hogar de Sun Valley.

“Mi padre estudiaba para diácono de la Iglesia Católica y la vida de mi familia giraba alrededor de la Iglesia… desgraciadamente en mi casa se producían fiestas, venían seminaristas y sacerdotes a comer con nosotros, hasta que en una ocasión conocimos a Salazar”, recordó.

John Anthony Salazar era conocido como una persona carismática. Después se ordenó como sacerdote.

“El me violó sexualmente durante el transcurso de tres años. Todo empezó en 1981 hasta 1983”, rememoró Carlos Pérez. “Estuvo preso durante tres años porque otros muchachos lo denunciaron y, cuando fue liberado, yo denuncié aquí [en Los Angeles] lo que me había sucedido y la Iglesia nunca lo reportó a la policía”.

John Anthony Salazar fue enviado a un centro de tratamiento en Nuevo México. Nueve meses después, fue asignado a una parroquia en Amarillo, Texas, donde ejerció el sacerdocio por más de 10 años.

“Yo puse mi denuncia formal hace dos años, pero la Suprema Corte de Estados Unidos no permitió que el juicio se llevara a cabo y Salazar fue liberado en junio”, dijo Pérez. “Tres meses después, regresó a Texas y violó a otro muchacho”.

El comisionado del Tribunal Superior de Los Angeles, Jeffrey Harkavy, desechó en julio de 2003 el caso contra Salazar, quien enfrentaba cargos de haber tenido copulación oral con un estudiante de la secundaria St. Bernard menor de 18 años y con un acólito menor de 16 años en la iglesia Santa Teresita de Los Angeles.

Salazar, quien ahora tiene 48 años, está recluido en una prisión del condado de Dallas, Texas. Fue procesado el pasado 13 de febrero bajo acusaciones de tener contacto sexual con un estudiante universitario de 18 años.

El denunciado encuentro sexual entre el clérigo y el estudiante Beau Villegas —quien autorizó que su nombre sea publicado— presuntamente ocurrió en septiembre en el interior de un motel suburbano de la ciudad de Irving, Texas.

“Bajo las leyes de Texas, la fiscalía podría solicitar cadena perpetua para Salazar si es hallado culpable de los nuevos cargos”, dijo a La Opinión Howard Blackman, abogado que representa a la Procuraduría de Justicia del condado de Dallas.

“Podría enfrentar una sentencia automática de cárcel de por vida”, agregó George Espinoza, investigador criminal del caso.

El abogado defensor de Salazar, James Vasilas, no respondió ayer a las llamadas de La Opinión.

Efecto duradero

Carlos Pérez aseguró que John Anthony Salazar lo violó completamente y que las repercusiones en su vida han sido graves.

“He estado casado tres veces. Por los últimos años he estado en tratamiento psicológico”, dijo. “Mi esposa y mi familia sufren conmigo; hemos perdido amigos y hemos sufrido el rechazo de la feligresía por haber hecho pública mi experiencia”.

Decepcionado con la actitud de la Iglesia en torno a su caso, Pérez expresó haber perdido la confianza en las personas, aunque mantiene su fe en Dios.

“No confío más en la Iglesia como institución. Mi familia y yo consideramos que conocemos la verdad, pero los feligreses no quieren verdad y se ciegan. No tenemos odio hacia la Iglesia, pero dentro de este trauma no podemos participar más en ella… Es tiempo de clamar por un cambio general en toda la Iglesia”.

Pérez recordó que, si bien la vida de su familia giraba en torno a la Iglesia, tuvo miedo de denunciar los hechos a sus padres. No sabía qué hacer.

“Pensaba que la familia se desuniría. Cuando era niño creía que [John Anthony Salazar] era un representante de Dios en la Tierra; en mi interior me sentía avergonzado, [temía] que la gente dijera cosas si hablaba… tenía temor de que me trataran menos o pensaran cosas negativas de mí… Yo era un niño todavía”.

Por lo anterior, Carlos Pérez clamó por un cambio en la política de la Iglesia Católica respecto de los más de cuatro mil sacerdotes que han abusado a más de 11 mil menores de edad desde 1950.

“Los obispos que han sido responsables de encubrir y proteger a los sacerdotes o ex sacerdotes no deberían tener un oficio en la Iglesia”, indicó Carlos Pérez. “Los obispos están causando un cáncer en la Iglesia; deberían crear un cambio saludable y no mantenerlos dentro de la Iglesia”.

Consideró que una disculpa pública no resuelve la problemática.

“Para mí son palabras huecas. Hasta ahora, yo no he recibido una llamada o una carta del cardenal [Roger Mahony]. El bien sabe quiénes somos las víctimas. Sus disculpas son insuficientes porque él no ha cooperado al cien por ciento con las autoridades; tampoco se ha abierto el diálogo con los feligreses, no ha comunicado toda la verdad ni tampoco ha tomado una responsabilidad completa”.

Tras conocer que John Anthony Salazar enfrenta nuevas acusaciones en Texas, Carlos Pérez afirmó: “Me causa mucho dolor que después de que fue recluso la Iglesia lo volviera a emplear y que siguiera causando más daño. Eso demuestra que la Iglesia es culpable… Me duele pensar que quienes lo emplearon de nuevo le ayudaron a destrozar otras vidas”.

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