Benedicto XVI ha manifestado en el avión que le llevaba a Santiago que «España vivía una laicidad, un anticlericalismo y un secularismo como el de los años 30».
Asombro y prudencia desde el Gobierno. Esa es la postura del Ejecutivo ante las polémicas declaraciones del Pontífice a su llegada a Santiago. Por su parte, el PP afirma que está de acuerdo con estas palabras, porque, aunque ahora no se quemen Iglesias, Zapatero emplea un laicismo agresivo.
Según ha sabido la Cadena SER, al Gobierno le han sorprendido las palabras de Benedicto XVI, que equiparaban la situación actual en España con el anticlericalismo agresivo de los años 30. El Ejecutivo prefiere esperar para hacer su balance de la visita, pero en otros partidos ya ha suscitado las primeras reacciones.
Desde el Partido Popular, el diputado y vicepresidente tercero del Congreso, Jorge Fernández Díaz, considera acertado el mensaje del papa. "Estoy de acuerdo con lo que dice el Papa y ha hecho un diagnóstico muy certero sobre el fondo de la cuestión", asegura. Además, añade que "aunque hoy no se queman Iglesias, pero eso no quiere decir que no haya una política de laicismo que se manifiesta agresivamente desde las filas gubernamentales".
En las filas de Izquierda Unida creen que la comparación no podría ser menos acertada. Su portavoz, Gaspar Llamazares, hace una llamada a la autocrítica. "Si las hace como jefe del Estado Vaticano, es una injerencia política inaceptables y si lo hace como un líder religioso, la Iglesia católica tiene una asignatura pendiente: pedir perdón por haber respaldado el golpe, la Guerra Civil y la represión posterior", expone LLamazares.
Son las valoraciones al inequívoco mensaje del pontífice, que ha vuelto a reclamar la "reevangelización" del país.