O que la excomulgaban definitivamente, como también ha reclamado. Pero no. Lo que contenía el paquete era un cuadernillo rojo con un mensaje de Benedicto XVI y, en su interior, una estampa recordatoria de la creación como cardenal del arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco.
Vila estaba ayer con la mosca detrás de la oreja, porque ningún otro dirigente del sindicato ha recibido el presente episcopal. Sólo ella, precisamente la que más se ha significado en la oposición a la jerarquía eclesiástica. No en vano, fue de las pioneras en solicitar la apostasía, allá por 2004. Y lo volvió a hacer en 2006, poco antes de la visita del Papa a Valencia. No tuvo más suerte que el resto de apóstatas y recibió una respuesta negativa del arzobispado. Así que incluso ha ido un paso más allá y ha pedido la excomunión.
"No sé qué pensar. Estoy muy cabreada. Tienen mis datos y saben quién soy. Esto no es buzoneo masivo y no sé si atenta contra la ley de Protección de Datos", aseguró a Levante-EMV. Con algo más de humor, comentó a continuación: "No me dejan irme e intentan que vuelva al redil. No tienen vergüenza. Es como si yo les mandara la chapa que llevo puesta y que dice "Yo también he abortado"".
Un portavoz del arzobispado explicó, por su parte, que se trata de un envío de felicitación que se remite a personas vinculadas a la diócesis y a instituciones. Contiene el mensaje de la paz del Papa -el texto que difunde el Vaticano con motivo del Año Nuevo-, al que este año se le ha incorporado una de las estampas (con las imágenes de San Vicente Ferrer y Mártir) que el arzobispo ha repartido para conmemorar su nombramiento como cardenal.