Del 26 al 29 de agosto, el municipio jiennense de La Iruela celebra su tradicional Feria y Fiestas en honor de la Virgen de los Desamparados.
Aunque ayer el tiempo parecía no dar tregua a los vecinos de esta pequeña población en la celebración del día grande de sus fiestas, el destino quiso que tras una monumental granizada, a las 20:00 horas, cuando todo vaticinaba que la Virgen no podría desfilar por las calles de La Iruela y el párroco iba a dar la noticia a sus feligreses, la tormenta amainó dejando unas nubes negras sobre el municipio.
La posibilidad de que la lluvia volviera de inmediato, hizo que la procesión, en un primer momento, se fuera a acortar hasta la céntrica plaza de la Constitución. Sin embargo, los devotos vecinos quisieron completar su recorrido y, cuando la Virgen de los Desamparados entró por completo a la parroquia de la Inmaculada Concepción, comenzaran a caer de nuevo las primeras gotas de agua, convirtiendo así al templo en el refugio de todos los que seguían el paso de la Señora del municipio. La Virgen de la Heredá, como es conocida por su pueblo, fue cariñosamente cuidada por unas vecinas que llevan más de 30 años preparándola para este día tan especial.
La imagen fue portada por estas mismas vecinas, entre otros devotos, y pudo mantener el recorrido de costumbre, seguida del alcalde, José Antonio Olivares, el párroco, José Antonio Escobar, la Agrupación Musical de Cazorla y un buen número de devotos.