Como cada año llegadas estas fechas, la imagen de María Santísima de la Sierra, patrona de Cabra, regresa a la Casita Blanca. Este año lo hizo en la jornada de ayer, domingo 7 de octubre, entre centenares de fieles y devotos que, en algunos casos, la esperaban desde bien temprano en los alrededores del santuario de la sierra y, en otros, la acompañaron durante su caminar tras la clásica misa de despedida de las seis de la mañana celebrada en la iglesia de la Asunción y Ángeles.
La subida a la sierra egabrense se desarrolla por un camino pedregoso y empinado, en el que se volvieron a vivir momentos y estampas emotivas en parajes como el antiguo paso a nivel, Góngora, la Salve, los Colchones, el Peñón de la Beata o la Viñuela.
Todo ello, después de cantarle la Salve de despedida en la barriada que lleva su nombre y donde, a las puertas de la parroquia de San Francisco y San Rodrigo, el alcalde, Fernando Priego (PP), le retiró la vara de mando que la acredita como alcaldesa perpetua de la ciudad.
La Virgen regresaba así al picacho, tras pasar desde el pasado 4 de septiembre algo más de un mes en la ciudad, lleno de acontecimientos que en su honor se han venido celebrando y que llegaban este fin de semana a su término. Entre los últimos destacó la misa que en la noche del jueves presidió el obispo, Demetrio Fernández, con la participación de los párrocos egabrenses, y el concierto tradicional de despedida que en la plaza de Rubén Darío ofreció el sábado la Banda de Música de Cabra.