La Virgen Grande procesionó este martes por la tarde-noche por las calles de Torrelavega cumpliendo una de las grandes tradiciones de las fiestas patronales. La imagen pudo ser, nuevamente, honrada por los torrelaveguenses en la víspera del día grande en el marco del templo parroquial de San José Obrero, que se quedó pequeño ante los numerosos fieles que se reunieron en torno a la Virgen.
La procesión comenzó en torno a las nueve de la noche, tras la misa que presidió el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, y en la que también participaron sacerdotes del arciprestazgo de Torrelavega. No faltaron el alcalde, José Manuel Cruz Viadero, y concejales de la Corporación. En torno a las nueve de la noche, la Virgen Grande fue recibida en la Plaza Baldomero Iglesias, abarrotada de público, por la Banda Municipal de Música que interpretó los acordes del Himno Nacional. Posteriormente, los picayos de las Danzas de Tanos bailaron durante unos minutos previos al inicio del recorrido que discurrió por las calles Serafín Escalante, Ruiz Tagle, José María de Pereda y Pablo Garnica.