“Dios me libre” se trata de Jonás, que quiere ser pastor; de Lenin, que es un chanta y de que juntos arman una iglesia, la Transprofética, en la que Jonás -poseído de todos los profetas que han existido y que no han existido- se transforma en el último de ellos para dedicarse a pedir y pedir plata.
-Hicimos una campaña de la Iglesia Transprofética en internet y el transprofeta tenía twitter. Nos tapaban a puteadas, nos tapaban a puteadas: chúpenla, evangélicos malditos”- dice Martín Duplaquet que decían todos, hasta que el sitio de la Iglesia Transprofética se convirtió en el sitio de la película Dios me libre, que Martín dirige y que se estrena este jueves.
Entonces aparecieron nuevos furiosos:
-Fanáticos. Un fanático en youtube que publicó que nos reíamos de las iglesias evangélicas. Yo no sé por qué la gente tiene tanta fijación con los evangélicos. Esto de relacionar cualquier cosa que no sea católico y ponerle evangélico es algo muy chileno. ¿Por qué no mormón o no sé qué? Es como cuando la gente dice que todas las personas que son orientales son chinas.
-Tu película está más inspirada en el “Pare de Sufrir”…
-Está inspirada en los telepredicadores en general, pero claramente en la Iglesia Universal del Reino de Dios son como los maestros. Pare de sufrir es el programa de la iglesia. Son brasileños. En Brasil son un imperio.
-En el programa vendían la armadura de David, la rosa de sarón…
-En el fondo todo es comercializable. Por ejemplo te venden tierra del Monte de Olivo, la cadena hecha en Tierra Santa. Inventan una serie de productos con nombres muy rimbombantes y que den la sensación de que vienen de Tierra Santa.
-En Chile no han sido tan exitosos como en Brasil…
-No tengo idea por qué en realidad. Ahora, yo tengo la impresión de que en Chile lo que hacen son inversiones de presencia pero no creo que Chile sea un mercado muy interesante. Tú vierai lo que son ellos en Brasil. Olvídate. Tienen un canal, una red te televisión. Como si fuera el canal 13. Había algo en los programas que me gustaba mucho que era el “SOS espiritual”: mandabai un mensaje de texto, pagabai el mensaje, contabai tu problema y te respondían.
-¿Fuiste a las iglesias?
-Juan (el guionista) fue a varias. A mí me dio un poco de nervios.
¿Por qué?
-No sé. Porque me iban a identificar: “Este hueón no es de acá. Algo está haciendo, está sapeando”. Eso sí una vez fuimos a una iglesia que se llama el “mall de la fe” en Sao Paulo. O sea lo llaman así porque es una manzana entera, con cuatro pisos. El obispo aparece en el panfleto fuera de la iglesia vestido de doctor, con un delantal blanco y con un montón de muletas de gente que ha sanado. Pero Juan es el que fue a varias iglesias y lo exorcizaron en una.
-Nahhh.
-Es que pasabai por un pabellón oscuro y te tocaban te tocaban, y un tipo te gritaba: “sale demonio, sale demonio”.
-¿Y tenía que hacer parecer que el demonio le salía?
-Teníai que pasar y te daban una medallita al final.
-¿Les han armado problemas por el estreno esos grupos?
-Hemos tenido algunos ataques…
-¿Qué te dicen?
No es reproducible en español
-Tradúcelo
-Mira, prejuzgan, dicen que nos reímos abiertamente de los evangélicos y ni siquiera se pronuncia la palabra evangélico en la película…
-Pero algunos se sentirán atacados…
-Probablemente pero ésta es la historia de Lenin y Jonás cifuentes. No es la historia de otra cosa ni un punto de vista crítico sobre la iglesia ni sobre los telepredicadores ni nada.
-Igual hay hartas iglesias de corte evangélico que tienen ese rollo con pedir plata.
Todas las iglesias se financian de lo que sus fieles la puedan proveer. Incluso la católica. Cuando se empieza a poner divertido el asunto es cuando empiezan a pedir el diezmo, que es el diez por ciento y tiene cierta lógica. Ahora, en el caso de algunas es claro que hay un fin de conseguir dinero y no de salvar almas.
-¿Por qué crees que la gente se la compra?
-Nada es azaroso. No sé. Tú de repente veís el Pare de Sufrir -yo veía a las mujeres que las ponían en unos fondos horripilantes con unas rosas de plástico y pensaba por qué hacerlo tan feo- y cachai que está todo estudiado para causar sensaciones en tipos de personas vulnerables. La gente cuando es vulnerable está desesperada. Puede llegar a comprar cualquier cosa.
-¿Y el telepredicador cómo es?
-Carismático, se cuida su presencia desde el punto de vista físico, es una persona preparada, un telepredicador exitoso no es una persona que salió de la calle y se puso a predicar. Es una persona que tiene un discurso preparado, que es entrenado, no dista mucho de un animador de televisión. Lo que se modifica es el discurso: un animador de televisión hace una mención para vender Coca Cola y el telepredicador hace una mención para vender crucifijos sagrados. Y, claro, tiene que ser una persona con cierto nivel de megalomanía para poder sostener el tema.
-¿Se creerá un poco el telepredicador lo que hace?
-No. Cualquier persona que esté hablando por televisión y pidiendo plata cada cinco minutos algo raro hay. Y ojo, y en “Dios me libre” no es distinto, que uno de los problemas es que el profeta que puede haber partido creyendo, se empiezan a sentir que profetas de verdad y mira cómo terminan todas estas iglesias: escándalos financieros, escándalos sexuales. porque el predicador -perdona la palabra- se cogió a la iglesia completa.
-¿Te sientes más telepredicador o estafado?
-¿Yo? Telepredicador, de todas maneras.