En la presente investigación doctoral se quiso probar que la Constitución colombiana no es laica. Contiene una apuesta constitucional pluri-religiosa que no es neutral frente al tema de dios y avala la protección de un dios que reconoce la diversidad religiosa y que se denomina el dios ilustrado pues los valores y principios en que se inspira son propios del iusnaturalismo racional e histórico, coincidiendo con aquellos que trajo el proceso de la ilustración propio de la modernidad y siendo esta corriente el punto de unión entre la Carta de 1886 y la de 1991. Así pues, se entiende que la Carta de 1991 es una carta creyente en el dios ilustrado y que Colombia pasó de ser un estado fundado en el poder de dios, a uno en el poder del pueblo, con legitimidad en la protección supra-legal del dios ilustrado. El dios ilustrado no crea una constitución laica, sólo evidencia que los principios y valores ilustrados deben ser garantizados constitucionalmente. El dios ilustrado, a través de sus guardianes, los magistrados de la Corte Constitucional, debe luchar constantemente contra el poder de la voluntad popular, con el único propósito de hacer prevalecer los valores y principios de la Carta, la dignidad humana y los derechos fundamentales, tal como se ha hecho tangible en los casos del matrimonio igualitario y de la adopción para todos los ciudadanos y ciudadanas.
Fe y Derecho: contrarrevolución conservadora y mutaciones de la libertad religiosa en Estados Unidos · por Mikel Díez Sarasola
En Estados Unidos, poderosos movimientos neoconservadores utilizan el activismo legal para desmantelar concepciones políticas progresistas y promover así…