73 militares españoles y guardias civiles acudirán con gastos pagados por el Ministerio de Defensa El encuentro en el santuario mariano reúne a Ejércitos de más de 30 países
La Instrucción 09/2014 de la Subsecretaría de Defensa parece una orden de operaciones. Dicta normas para la creación de una agrupación militar y establece las sucesivas fases a desarrollar: preparatoria, constitución de núcleos, concentración previa, ejecución y dislocación. Prevé la formación de una unidad de seguridad y la manera de atender traslados y alojamientos. Regula, por último, el derecho al cobro de indemnizaciones y dietas por días de servicio en territorio nacional y extranjero. Por si quedara algún cabo suelto, deja en manos de los tres Ejércitos y de la Guardia Civil su desarrollo a través de sus propias circulares.
Pero la instrucción 09/2014, del pasado 7 de febrero, no planea ninguna operación propia de las Fuerzas Armadas, sino la denominada Peregrinación Militar Internacional a Lourdes (Francia), que se desarrollará entre los días 15 y 19 de mayo. En 2013, un total de 226 militares y guardias civiles participaron en esta peregrinación, de los que 60 lo hicieron en comisión de servicio, es decir, pagados por el Estado, que les abona las correspondientes dietas e indemnizaciones por gastos de transporte, manutención y alojamiento. Este año serán 73, incluidos 12 guardias civiles.
Son los capellanes castrenses los que proponen quiénes pueden formar parte de esta agrupación, entre los que se presentan voluntarios, con especial mención a los heridos en acto de servicio. Los demás, si quieren ir, deberán correr con los gastos.
Según un portavoz del Ministerio de Defensa, el coste de la peregrinación a Lourdes para las arcas públicas es de unos 56.000 euros en dietas e indemnizaciones; aunque a esta cifra habría que añadirle la puesta a su disposición de la base aérea de Zaragoza o el acuartelamiento San Bernardo en Jaca (Huesca) para comer o pernoctar.
Según explica el portavoz, la peregrinación a Lourdes es una iniciativa que nace tras la Segunda Guerra Mundial para promover la reconciliación entre los Ejércitos francés y alemán y que se institucionaliza a partir de 1958. De los 13 países fundadores se ha pasado a 33; entre ellos, muchos que no son mayoritariamente católicos, como EE. UU. y Holanda, además de varios africanos. El año pasado acudieron 11.533 militares, siendo las delegaciones más numerosas las de Italia (3.200 peregrinos), Francia (3.100.), Croacia (650), Alemania (624) y Austria (350).
En definitiva, según la misma fuente, “no se trata de un acto confesional católico, sino de un encuentro internacional de militares, quizá el más importante de cuantos se celebran en el mundo, y España acude regularmente desde hace 56 años”.
Sin duda, es un encuentro internacional, con alguna nota de folclore —los miembros de la Guardia Real lucirán uniforme de alabardero y algunos guardias civiles llevarán trajes de época— e incluso mundanos —el año pasado el centro de atención fue la princesa Carolina de Mónaco—, pero se trata sobre todo de una peregrinación religiosa, como evidencia que, en solo cuatro días, esté previsto celebrar cuatro misas, dos vigilias, un viacrucis, una procesión mariana y un rezo del santo rosario.
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