La cogolluda España, llena de supernumerarios y neo-catecumenales, va poblando nuestra faz de toro de salmodia levítica, bien entonado el cántico de la liberación, bien queriendo una iglesia más pobre y en comunión con todos, presentando su cara más amable, y así va salpicando instituciones, medios de comunicación, emisoras, y colegios con ese “querer en comunión con el otro”, en cada momento y en cada lugar.
Pero la iglesia tiene dos manos, do caras..: la izquierda y la derecha, que una no sepa lo que hace la otra, aunque todo responda a la cabeza que manda, templa y ordena, por eso también tenemos esa mano derecha que representa esa curia recalcitrante a troche y moche, que despliega con suavidad vaticana sus crucifijos y anatemas, que puja y empuja, desde su talante inquisitorial relinchando de peregrino orgullo entonando el cotidiano axioma de su existencia con ese característico “cristianismo avemus”.
Cada día, es una página más de nuestra prensa diaria la que dedica, ya sin descaro, espacio al fenómeno cristiano, bien a través de cánticos y mensajes de curas progres, o anatemas y jaculatorias de rancios bonetes eclesiales, pero al fin a la postre todos a una arropan la idea, levantan la piedra y esconden la mano, aunque con la boca pequeña piden más religión en las conciencias, y luego en el confesionario amordazan la conciencia y aprietan sin temor las atormentadas almas de los españolitos de a pie y del gobierno para que la religión se convierta en cid campeador de nuestras materias.
De nuevo como en los mejores tiempos tenemos, no solo curas en los hospitales y en la milicia, sino que a partir de ahora campearan de nuevo por nuestras escuelas, de nuevo las sotanas y las cogullas, casullas y ropajes telares aparecerán pidiendo y exigiendo para las evaluaciones escolares: el Credo, las virtudes teologales o el María Santísima en verso.
Ya no valdrán esos catequistas que en estos tiempos pululaban por nuestras escuelas ahora, pluridiversos, ambidiestros y de floja presencia, ahora ocuparan a buen seguro su puesto perfilados hombres de fino temple, y serán los encargados de meter a la LOGSE en cintura, de hundirle el cuarto de varas, hincando el rejón de nuestra santa madre iglesia, espíritu que todo lo convoca, hasta el mismo tuétano de nuestra particular idiosincrasia y rabiosa indisciplina .
Los laicos, pasábamos de religión, de curas y monjas, de iglesias y comunidades de base, de Prelados y viajes papales, y mientras entonábamos el canto de la cigarra republicana la trabajadora hormiguita clerical de suave y aterciopelada voz, de patita pintad de cordero celestial, ha ido tejiendo su densa red y maraña de lobezno hambriento, hasta concluir en este estadio,- justo en el momento en que esta España dormita en placido adormilamiento ideológico-, para meter la religión en cuanto intersticio se pueda, y como no el cristianismo católico en las cazuelas institucionales y europeas.
Y ahora nos quejamos de que vuelve el catecismo, de que los chavales para pasar de curso la religión han de aprobar, hasta se nos habla de religión laica como alternativa, igual ha sido una equivocación, pero por si acaso al hilo debemos de estar, sino queremos vernos metidos de nuevo en otro lío, pues ya se sabe que camarón que duerme se lo lleva la corriente…
Como me duele esta España lánguida y quejosa, de ojerosa mirada bovina, incapaz de increpar, y de salir a la palestra, mientras otros le quiebran las astas, para hacernos doblegar el corvejón con la humillante rodilla en tierra, y así vemos renacer el impasible ademán imperial; a golpe de ukases de nuevo se levantan eremitorios en los ministerios.. visto esto y lo que ello ha traído de protesta, que podemos esperar …
Volveremos a las viejas genuflexiones a los catecismo del Ripalda, pues bien parece que cada españolito parece llevar un cura dentro, y sino al tiempo.
Como envidio aquellos prohombres del siglo XIX, los Pi y Margall, los Nakens, los comecuras de aquellas témporas que eran capaces de poner en pie periódicos como Las Dominicales del Librepensamiento, o dar cuánta batalla hubiera, organización a organización, ateneo a ateneo, panfleto a panfleto…
Hoy nos quejamos y pedimos como laicos dejar todo eso de la religión a la intimidad del hogar y de la familia, mientras otros caminan sin desmayo, levantada la voz y la cerviz, recuperado el ademán a entornar sin complejo alguno en la escuela y el Ministerio eso de: Dios te salve María, y como dice Diógenes mi amigo del alma en la mañanas de pan y chorizo:Que dios nos coja confesados