El Ayuntamiento y el Cabildo se enfrentan a una de sus negociaciones más difíciles y en la que menos de acuerdo pueden estar
Este martes, el portavoz del Cabildo retuiteaba un mensaje que dejaba poco lugar a dudas: “La visita nocturna es un medio privilegiado para dar a conocer la historia y la arquitectura de nuestra Catedral de Córdoba y debe ser, como el mismo templo, un medio de evangelización”. Tanto el Cabildo como el Obispado nunca han ocultado su objetivo a la hora de explotar la visita nocturna de la Mezquita Catedral de Córdoba: la evangelización de los turistas. El Ayuntamiento tampoco ha escondido que pretende todo lo contrario, que el guión del espectáculo nocturno, cuya instalación fue financiada con dinero público, tenga rigor científico.
El Cabildo acaba de denunciar el convenio que en 2010 firmó con el Ayuntamiento para poner en marcha el espectáculo nocturno de la Mezquita, llamado El Alma de Córdoba. Su intención es evitar su prórroga automática y forzar al Ayuntamiento a negociar un nuevo convenio. Hace dos años, el Ayuntamiento, que confiaba en que el convenio iba a caducar entonces y no ahora, como ocurrirá en agosto, ya quería negociar un nuevo acuerdo, con otro guión y con otra gestión. Ahora, las dos entidades han anunciado su intención de sentarse a hablar. Y si hay algo que parece claro es que van a chocar, y que no será fácil que se pongan de acuerdo. A no ser que como en 2010, el Ayuntamiento vuelva a ceder a las pretensiones del Cabildo.
El espectáculo por el que la Mezquita de Córdoba es visitable por las noches fue una larga aspiración de la ciudad. El Ayuntamiento, a través del Plan de Excelencia Turística, decidió dedicar la mayor parte de los fondos disponibles para poner en marcha este producto turístico que estaba llamado a aumentar las pernoctaciones en la ciudad. El proyecto se empezó a negociar en 2004 y en 2006 estaba listo para explotarlo. Pero el Cabildo dijo no. La institución religiosa no aceptó el guión que se había redactado para interpretar el monumento y no firmó el acuerdo. Tanto estiró su negativa que los fondos públicos estuvieron a punto de perderse. En 2010, finalmente, el Ayuntamiento cedió, dio el visto bueno a un guión que nunca le gustó y el espectáculo vio la luz. Pero el convenio, que acaba de ser denunciado, no se ha cumplido.
Según datos del propio Cabildo, el año pasado hubo un total de 31.823 personas que visitaron la Mezquita por la noche. Fueron más que el año anterior, pero un porcentaje minúsculo frente a los dos millones de visitantes que recibió el monumento cordobés el año pasado. Cada turista pagó una entrada de 18 euros. Según el convenio, las entradas tendrían que ser gestionadas por el Ayuntamiento a través del ya extinto Consorcio de Turismo, hoy Instituto Municipal de Turismo. A día de hoy, el Ayuntamiento no ha vendido ni una entrada y tampoco ha fiscalizado los ingresos y gastos que supone este espectáculo.
El Ayuntamiento es propietario de todo el material audiovisual instalado tanto fuera como dentro de la Mezquita de Córdoba. El Cabildo se comprometió a correr con parte de los gastos, aunque según ha podido saber este periódico los asume en su totalidad. Los gastos son principalmente la contratación de personal, el mantenimiento de los equipos y la factura de la luz.
A partir de ahora se tendrá que negociar un nuevo acuerdo. El Cabildo asegura que su objetivo es mejorar el producto. Otras fuentes señalan que prefieren un control absoluto, devolver todo el material audiovisual al Ayuntamiento y diseñar su propio espectáculo nocturno. El acuerdo entre las partes se antoja de todo menos fácil.