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Cruces para la Iglesia

En estos días estamos asistiendo a la última campaña mediática de la Iglesia Católica, en la que se nos pide que escojamos la opción de donarle una parte de nuestros impuestos a través la Declaración de Hacienda. En España los ingresos que la Iglesia obtiene de este modo se acercan al 30% del total de sus ganancias anuales.

Poco tengo que decir sobre la forma con la que la Iglesia nos pide que le donemos el 0’7% de nuestros impuestos. El anuncio televisivo es educado, contenido y apela a los buenos sentimientos de las personas; hecho que contrasta enormemente con la desfachatez de campaña publicitaria grotesca y detestable que realizaron contra la futura Ley del Aborto, o el tono absolutamente desquiciado e incendiario que se utiliza diariamente en la COPE.

Espero que este cambio de registro se deba a que por fin se han dado cuenta de que con el ya tristemente famoso “lince”, pasaron, y de largo, el límite de lo que muchos ciudadanos españoles estábamos dispuestos a tolerar; por no hablar de los años que han mantenido en antena a Federico Jiménez Losantos, a pesar de sus conocidas faltas de respeto continuas y reiteradas hacia todos los que no pensábamos como él.

Cada vez más, la gente siente que la Iglesia se aleja de la realidad de su día a día. Con campañas como la antes citada sobre el aborto, en la que se criminaliza de forma indignante a las mujeres; o la obcecación con la que el Papa Benedicto XVI se empeña en condenar el uso del condón, desde luego a una se le quitan las ganas de hacer la crucecita.

En el fondo, yo no tendría reparo en marcarla. No soy católica ni creyente, pero sí admito y valoro la labor humanitaria que realiza la Iglesia Católica, y puesto que es posible marcar, a la par que la casilla de la Iglesia, la de “Fines Sociales”, en principio no debería haber ningún problema.

El problema surge cuando pienso qué hará realmente la Iglesia con mi dinero. En su propia página web nos explican que el dinero que se recaude se destinará a celebraciones del culto, a la retribución del clero y a acciones pastorales y caritativas. ¿Por qué no dice nada sobre la financiación de manifestaciones y campañas en contra del matrimonio homosexual, el uso de los condones y el aborto? ¿Por qué en ningún momento se nos explica qué tanto por ciento de esa recaudación se destinará a financiar a una radio tan incendiaria y derechista como la COPE?

Yo podría marcar la casilla a favor de las personas que desempeñan labores humanitarias a través de la Iglesia Católica, pero nunca lo haría para favorecer a una institución que se dice humanitaria y que aún sabiendo la terrible lacra que supone el SIDA, sobretodo en África, continúa criminalizando el uso del codón y, por tanto, condenando a muerte a millones de personas.
Podría donar una parte de mis impuestos a la Iglesia si Rouco Varela, Lluís Martínez Sistach, el Cardenal Arzobispo de Barcelona – con declaraciones tan desafortunadas como comparar el holocausto nazi a la Ley del Aborto – , la Conferencia Episcopal Española en pleno, y hasta las actitudes de la Curia Romana y el Papa; no me convencieran cada día de lo contrario.

Sólo uno de cada 3 españoles, marca ya la casilla de la Iglesia. Supongo que por eso se ha visto en la obligación de gastarse una parte del dinero de los contribuyentes del año pasado en financiar la campaña de este año. Supongo que pensarán que la gente se ha olvidado de que esa dichosa casillita existe y de que hay que marcarla, y habrán deducido que recordándoselo lo solucionarán.

Han optado por gastarse el dinero que tanto les ha costado ganar a miles de españoles en una campaña publicitaria. ¿Cómo puede ser que estén tan ciegos? ¿Es que no se dan cuenta de que la gente les castiga por su cerrazón, su inmovilismo, su falta de comprensión hacia el avance de la sociedad, su riqueza frente a tanta pobreza, sus formas arcaicas y alejadas de la realidad de las personas? Dos o tres gestos en esta dirección hubieran sido mucho más efectivos, y muchísimo más baratos para llegar al corazón de la gente, y a sus bolsillos.

Clara Bosch es Licenciada en Ciencias Políticas

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