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Creacionistas en la ciencia italiana

La agencia para la investigación promociona un libro que asegura que la teoría de la evolución vive un «ocaso»

En Italia, Dios creó el mundo Biblia en mano y dio vida a la especie humana empezando por Adán y Eva, sin pasar por los neandertales o los sapiens. Es lo que asegura nada menos que el Consejo Nacional de la Investigación (CNR), el equivalente italiano al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) española. Este organismo público está a punto de publicar un libro que vapulea a Charles Darwin y toda la investigación científica posterior, basada en la evolución de las especies, y regresa a las teorías creacionistas del universo.

El documento, llamado Evoluzionismo. Il tramonto de una ipotesi ("evolucionismo, el ocaso de una hipótesis"), recoge las aportaciones de un congreso organizado por el mismo CNR en febrero del pasado año, y está firmado nada menos que por su vicepresidente, Roberto de Mattei, cuya formación está muy lejos de ser científica: es profesor de Historia de la Cristiandad y de la Iglesia en la Universidad Europea de Roma, fundada por los Legionarios de Cristo. Esta circunstamcia, en todo caso, no ha impedido que el CNR haya dado cobijo a ese congreso de profesores universitarios creacionistas llegados de varios países y, además, le haya apoyado la publicación del libro con una subvención de 9.000 euros.

El texto defiende que la Tierra no es tan antigua como establece la comunidad científica (unos 5.000 millones de años), lo que significa que no ha habido tiempo para que las especies evolucionaran. En todo caso, este argumento ni siquiera es imprescindible para subrayar las tesis de sus autores, que afirman que los cambios en la evolución de las especies son simplemente indemostrables. Mattei concluye, por lo demás, que ninguno de los argumentos recogidos con tanto afán en su libro se pueden comprobar, pero lo mismo pasaría con las tesis evolucionistas: todo se reduce a un simple acto de fe.

De espaldas a la ciencia

La comunidad científica italiana ha puesto el grito en el cielo, escandalizada por el rumbo del CNR y la imagen internacional del país. Se preguntan cómo el Gobierno tiene en tan poca estima el progreso científico de la sexta potencia del planeta como para elegir a de Mattei (nombrado por el Gobierno de Silvio Berlusconi), que ha puesto al organismo de espaldas a la ciencia.

El presidente del CNR, Luciano Maiani, ha asegurado que el libro "no recoge la posición oficial" del organismo, pero defiende su publicación en defensa de la "libertad de expresión". El argumento, lejos de apaciguar los ánimos, ha encendido aún más a los científicos italianos. Fernando Boero, profesor de Zoología en la Universidad de Salerno, replica que "no se trata de quemar libros heréticos" sino de "vigilar por el rigor científico" de todo lo que lleva la etiqueta del CNR.

Marco Ferraguti, presidente de la Sociedad Italiana de Biología Evolucionista afirma que personas como Mattei, que es presidente de la fundación católica Lepanto y director de la revista Raíces Cristianas, presumen de fe pero van mucho más allá de lo que sostiene la misma iglesia Católica. Ferraguti recuerda cómo el ministro de Cultura del Vaticano, Gianfranco Ravasi, "ha osado afirmar que tal vez Adán y Eva son sólo nombres simbólicos para indicar a los primeros seres humanos de ambos sexos".

Católicos a favor de las tesis evolucionistas

El mismo presidente de la Pontificia Academia de la Ciencia, el físico Nicola Cabibbo, ha intervenido para afirmar que “la tesis antievolucionistas no tienen ninguna predicación entre los biólogos y no corresponden a las orientaciones de la Iglesia Católica”.

“También en EEUU y en otros países existen creacionistas aguerridos”, se lamenta Telmo Pievani, profesor de Filosofía de la Ciencia en Milán, “pero allí, “a lo sumo, consiguen llegar a dirigir una institución religiosa” En Italia, llegan a la cúspide del ente estatal de investigación científica.

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