Anticomunista la derecha clerical, el Partido Popular, infectada por el virus de la ultraderecha opusdeista, esto es, de los privilegiados del viejo orden, la Dictadura franquista, propone a los ciudadanos españoles la instauración de un orden nuevo, basado en unidad moral, unidad política, neoliberalismo, unidad de mando y continuidad católica. El viejo programa, 1935, del viejo Bloque Nacional, del viejo fascismo. Calificado por el propio J.A. Primo de Rivera de “corporativo y fascista”.
En nombre de la lucha contra la amenaza comunista no lucharon los demócratas sino los nacionalistas: fascistas, nazis, franquistas, falangistas, salazaristas…y católicos. El totalitarismo clerical o teocracia ya venía avisando de la amenaza comunista desde finales del siglo XIX. Todos los papas han condenado el comunismo, el anarquismo y la ilustración y el progreso ilustrado y progresista.
León XIII en su encíclica “Rerum novarum”, declaró y sus sucesores repitieron: (…) “Como primer principio, pues, debe establecerse que hay que respetar la condición propia de la humanidad, es decir, que es imposible el quitar, en la sociedad civil, toda desigualdad. Lo andan intentando, es verdad, los socialistas; pero toda tentativa contra la misma naturaleza de las cosas resultará inútil. En la naturaleza de los hombres existe la mayor variedad: no todos poseen el mismo ingenio, ni la misma actividad, salud o fuerza: y de diferencias tan inevitables síguense necesariamente las diferencias de las condiciones sociales, sobre todo en la fortuna. – Y ello es en beneficio así de los particulares como de la misma sociedad”. (Finalizando el siglo XIX, el término socialista era atribuido a marxistas, anarquistas y lo que posteriormente se llamarán comunistas)
Pío XI, en la “Quadragessimo anno”, Pío XII, en sus mensajes navideños de los años cuarenta, posteriormente llegó a excomulgar a quienes votaran a los comunistas, Juan XXIII en la “Mater et Magistra”, Juan Pablo II, tan antisemita como Himmler, en la “Centessimus annus”. Todas conmemoraban la de León XIII y condenaban el comunismo, el anarquismo y el liberalismo político. Y ahora todos los medios de comunicación católicos vuelven a desenterrar el grito de guerra del fascismo para defender su riqueza y la de las oligarquías, no la propiedad de las clases medias que están siendo expropiadas por esas oligarquías y proletarizadas. Ni los derechos sociales, económicos y privados de los trabajadores.
Platón, Jesucristo, si existió, Thomas Moro, Campanella, Winstanley, Godwin, Meslier, Vairasse, Rousseau, Morelly…fueron comunistas. También fueron comunistas: Sartre, Picasso, Simone de Beauvoir, Bertolt Brecht, W. Reich, Marcuse, G. Lukas, García Márquez, “Che” Guevara, Ho Chi Min, Orwell, Aleixandre, Malreau, Alberti, Hemingway, Cernuda, Lorca, Doss Passos, Aleixandre, los miembros freudo-marxistas de la Escuela de Frankfurt, etc, etc, etc…
Fascistas fueron: Franco, Hitler, Mussolini, el papa Pío XI quien en 1929 firmó un concordato con Mussolini en virtud del cual se creaba el Estado Vaticano, financiado por la Italia fascista, y se encargaba a la Iglesia Católica la misión, en régimen de monopolio, de educar y controlar la moral de todos los italianos. La moral católica se reconocía y establecía como la ideología del fascismo. Lo mismo ocurrirá en España y en todas las dictaduras católicas. Este papa firmó, en 1933, otro concordato con Hitler en virtud del cual la moral católica seguiría imponiéndose entre los católicos alemanes. Y Hitler estaba aislado.
Ese mismo año, este mismo papa publicó la encíclica “Dilectissima nobis” exigiendo a la derecha española, monárquicos y terratenientes, que se organizara, conquistara la República e impusiera la dictadura moral católica, según el modelo de la Italia fascista. En aplicación de la estrategia papal de “la tesis e hipótesis” o posibilismo político. La CEDA fue creada con ese objetivo. Gil Robles invocaba, sin pudor, en sus mítines y artículos, la encíclica “Rerum novarum”, de León XIII, ideólogo del fascismo, treinta años antes de que triunfara en Italia.
Hablaba de “democracia orgánica”, contra democracia republicana, parlamentaria, de derechos individuales y de partidos. En 1937 Pío XI publicó la “Divini redemptoris”, condenado el comunismo en los mismos términos ideológicos que Franco, Hitler o Mussolini. Protegido por esta condena, días después publicó la “Mit brennender Sorge”, lamentándose de que Hitler no cumplía el concordato suscrito entre ambos y, al mismo tiempo, reconoció al Gobierno fascista de Franco, con residencia en Burgos. A quien ningún gobierno democrático lo había reconocido todavía. Y siguió colaborando, como auxiliar necesario, con el fascismo italiano. ¿Por qué el fascismo surgió en los países católicos: Italia, Francia, España, Bélgica, Croacia?…Hitler era católico y el Zentrum tenía sus bases en la Alemania católica, Baviera ¿Por qué sus dirigentes o dictadores fueron todos católicos, sin excepción?
Hitler hizo presidente de Eslovaquia al sacerdote Josef Tiso y la jerarquía católica alemana, como haría la española con Franco, calificó a Hitler de hombre providencial, elegido por dios para salvar Alemania del comunismo. El partido católico alemán, Zentrum, homólogo de la CEDA, hizo posible lo que era imposible: que Hitler fuera nombrado Canciller. Sin su apoyo nunca lo habría conseguido. Y la IIª Guerra Mundial no hubiera existido.
En Austria los católicos de Dolffuss trataron de imponer el Estado totalitario católico. Porque Gil Robles trató de imponer ese modelo, se organizó la revolución de octubre en España, 1934. En España toda la jerarquía católica, excepto tres obispos, apoyó a Franco, calificó la guerra de “guerra de civilizaciones” por ser un enfrentamiento entre el catolicismo y el comunismo y, victorioso Franco, Caudillo de España por la gracia de dios, se les reservó, durante toda la Dictadura, un asiento en las Cortes. Que no abandonaron hasta que los arrancó y expulsó de allí la transición política.
Fueron, también, fascistas: el cardenal arzobispo de Toledo, Gomá, EUSTAQUIO, Card. ILUNDAIN Y ESTEBAN, Arzobispo de Valencia; RIGOBERTO, Arzobispo de Zaragoza; MANUEL, Arzobispo de Burgos; AGUSTIN, Arzobispo de Granada, Admnistrador Apostólico de Almería, Guadix y Jaén; TOMAS, Arzobispo de Santiago; JOSE, Arzobispo-Obispo de Mallorca; +ADOLFO, Obispo de Córdoba, Administrador Apostólico del Obispado Priorato de Ciudad Real; ANTONIO, Obispo de Astorga; LEOPOLDO, Obispo de Madrid-Alcalá; MANUEL, Obispo de Palencia; ENRIQUE, Obispo de Salamanca; VALENTIN, Obispo de Solsona; JUSTINO, Obispo de Urgel; MIGUEL DE LOS SANTOS, Obispo de Cartagena; FIDEL, Obispo de Calahorra; FLORENCIO, Obispo de Orense; +RAFAEL, Obispo de Lugo; FELIX, Obispo de Tortosa; FR. ALBINO, Obispo de Tenerife; +JUAN, Obispo de Jaca; JUAN, Obispo de Vich; NICANOR, Obispo de Tarazona, Administrador Apostólico de Tudela; +JOSE, Obispo de Santander; FELICIANO, Obispo de Plasencia; ANTONIO, Obispo de Quersoneso de Creta, Administrador Apostólico de Ibiza; +LUCIANO, Obispo de Segovia; +MANUEL, Obispo de Curio, Administrador Apostólico de Ciudad Rodrigo; +MANUEL, Obispo de Zamora; +LINO, Obispo de Huesca; +ANTONIO, Obispo de Tuy; +JOSE MARIA, Obispo de Badajoz; +JOSE, Obispo de Gerona; +JUSTO, Obispo de Oviedo; +FR. FRANCISCO, Obispo de Coria; +BENJAMIN, Obispo de Mondoñedo; +TOMAS, Obispo de Osma; +FR.ANSELMO, Obispo de Teruel-Albarracín; +SANTOS, Obispo de Avila; +BALBINO, Obispo de Málaga; +MARCELINO, Obispo de Pamplona; +ANTONIO, Obispo de Canarias; HILARIO YAVEN, Vicario Capitular de Sigüenza; EUGENIO DOMAICA, Vicario Capitular de Cádiz; EMILIO F. GARCIA, Vicario Capitular de Ceuta; FERNANDO ALVAREZ, Vicario Capitular de León; JOSE ZURITA, Vicario Capitular de Valladolid.”etc,etc.etc…
Gracias al liberalismo, hoy desarrollado en la globalización y el TTIP, las guerras han sido constantes en Asia, colonizada, en África, colonizada, en América latina, neocolonizada, en Europa donde el liberalismo, capitalismo o imperialismo desencadenó dos guerras mundiales que causaron más de 100 millones de muertos. Y otros tantos heridos, desaparecidos y mutilados. Comparados con estos éxitos del liberalismo, causante de la miseria de cientos de millones de personas, los gobiernos comunistas han sido un juego de niños. Este es el modelo económico depredador que entusiasma a la señora Esperanza.
Gracias a que el comunismo conquisto Rusia y China y mantuvo la tensión internacional de la “guerra fría”, no ha vuelto a desencadenarse la Tercera Guerra Mundial. Nunca antes, a pesar de las guerras locales y bilaterales, se ha vivido en Europa y el mundo un periodo de paz tan largo y consistente. El capitalismo, en ausencia del comunismo, habría continuado devorando a todos sus enemigos. Volveremos a esa situación de beligerancia universal?
¿Qué han hecho los comunistas, los anarquistas y los progresistas para ser tan odiados por el totalitarismo clerical teocrático. A pesar de Marx, las primeras experiencias del comunismo tuvieron lugar donde no deberían haberlo tenido, en países subdesarrollados. En Rusia, en China, en Cuba…. Los errores de Marx y de ese comunismo tercermundista son evidentes, pero sus consecuencias sociales, políticas e intelectuales también lo fueron.
Gracias a los comunistas, anarquistas y otras fuerzas progresistas se pudo liquidar el zarismo, la miseria general y absoluta, la ignorancia, el subdesarrollo, la dictadura militar y la dictadura clerical, moral y religiosa. Gracias a los comunistas se pudo liquidar el despotismo milenario chino.
Gracias a los comunistas, anarquistas y otras fuerzas progresistas se pudo derrotar a los nazis, a los fascistas y a todas las dictaduras. Sin su sufrimiento y participación en la guerra, hoy, todos seríamos o nazis o nipones. O ambas cosas. Gracias a los comunistas, anarquistas y otras fuerzas progresistas pudo instaurarse la democracia política, económica y, en parte, moral en: Francia, Alemania, Holanda, Bélgica, Dinamarca, Italia, Japón…
Gracias a los comunistas, anarquistas y otras fuerzas progresistas pudo liquidarse el imperialismo y proclamarse la independencia de: India, Vietnam, Pakistán, Camboya, Indonesia, Filipinas, de países asiáticos descolonizados y de todos los países africanos dominados por el colonialismo liberal occidental.
Gracias a los comunistas fue posible la construcción del Estado de bienestar en: Francia, Italia, Alemania, Dinamarca, Holanda…países en los que la presencia comunista, organizada política y militarmente, hubiera sido suficiente para derrotar a los ingleses y norteamericanos; pero no lo hicieron. A cambio, la Bestia liberal económica se vio obligada a compartir el poder con los comunistas y otras fuerzas de progreso.
Sin la presencia política de los comunistas y otras fuerzas de progreso no se hubiera podido estatalizar y planificar la reconstrucción económica. Gracias a lo cual Europa, arruinada por el nazismo y el fascismo, pudo recuperarse en poco más de diez años. Alemania, arruinada en 1945, diez años después tenía pleno empleo, democracia impuesta por los vencedores, entre los que se encontraban los comunistas y fuerzas de progreso, derechos y libertades, como nunca, excepto el breve período de la República de Weimar, tuvieron, en toda su historia, los alemanes.
Gracias a estas políticas, imposibles sin la presencia comunista en esos países, se construyó el bienestar social: la educación universal y gratuita, la sanidad universal y gratuita; las infraestructuras de comunicación, ferrocarriles y carreteras…porque el liberalismo sólo produce lo que genera beneficios para unos pocos nunca para toda la sociedad.
Gracias a los comunistas, anarquistas y otras fuerzas progresistas, se pudo instaurar, universalizar y garantizar las libertades de: prensa, imprenta, pensamiento, palabra, movimiento, difusión del pensamiento, de conciencia, libertades morales e intelectuales…el feminismo, la homosexualidad y las libertades morales y sexuales no hubieran sido posibles sin la presencia de todas estas fuerzas de progreso, porque las iglesias imponían su dictadura moral. Como habían hecho durante siglos de inexistencia de comunistas, anarquistas o progresistas, y pretenden seguir haciendo hoy.
En ningún país gobernado por el capitalismo, en ausencia de la presencia de comunistas, anarquistas y otras fuerzas de progreso, se hizo nada por las libertades económicas, las libertades morales y las libertades políticas. La miseria era un estado de naturaleza legitimado por todas las religiones que, a cambio de docilidad y sumisión al poder, ofrecen lo que no tienen: la vida eterna.
Hoy día, allí donde las dictaduras militares y teocráticas, católicas, budistas, hindúes o musulmanas, se han impuesto, lo han hecho previa liquidación de los comunistas, anarquistas y otras fuerzas progresistas. Contra estos es posible la imposición de esas dictaduras. Esos es lo que proclamaron nazis, fascistas y franquistas y hoy reclaman las derechas clericales en todas las democracias occidentales.
Bajo el gobierno absoluto del neoliberalismo, globalización y su concreción actual el TTIP, Tratado de Libre comercio entre Estados Unidos y Europa, se difunde la miseria, se atacan los derechos y libertades y se derrumba el bienestar social. El 1% de la población, acapara el 60%, creo que más, de la riqueza que han creado 6.000 millones de personas que viven en Asia, en África y en América latina y católica en la más absoluta miseria. Ese es nuestro futuro inmediato. Como la peste, ya está ocupando nuestras calles.
Esa es la consecuencia de la todopoderosa expansión del neoliberalismo, globalización y TTIP y de la liquidación previa de los comunistas, anarquistas y fuerzas de progreso. Estamos en una situación en la que avanzamos, regresivamente hacia los orígenes de la revolución industrial, como predijeron Orwell en su novela “1984” y como se profetiza en la película “V de Vedentta”.
La transición política española hubiera sido imposible sin la presión, presencia y participación de a los comunistas, anarquistas y otras fuerzas progresistas. Porque, sencillamente, la mayoría de los mandos militares, los falangistas y la Iglesia, soportes y beneficiarios de la Dictadura, estaban en contra de la transición. Si hubiera sido por ellos, la dictadura se hubiera perpetuado en cualquiera de ellos. Se la tuvieron que tragar para garantizar la estabilidad no sólo de España sino de Europa.
Comparando China o Rusia con la India, con toda Asia musulmana, con toda África colonizada, con toda la América católica del Sur, el estado de miseria y el subdesarrollo permanente en estos países parecería una enfermedad incurable, si no fuera porque la plaga de la langosta del liberalismo económico, llamado imperialismo, colonialismo y hoy globalización y TTIP llevan devastando esos países desde el siglo XIX. Excepto América católica que ha sido devastada desde el siglo XVI por los monarcas y los papas, los principales beneficiarios de la colonización.
Comparando el liberalismo económico y la democracia capitalista con la experiencia comunista, la primera diferencia que salta a la vista es que el capitalismo lleva 200 años reinando, y sigue extendiendo su voraz reinado, y las revoluciones comunistas apenas sesenta. El liberalismo económico se desarrolló y se sigue desarrollando, y esto es un acierto de las teorías de Marx, devastando no países sino continentes. Todos los citados. Rusia y China permanecieron en la más absoluta miseria y subdesarrollo durante los siglos de colonización y explotación liberal. De las democracias liberales. Con el comunismo han llegado a ser las potencias segunda y tercera y eso sin colonizar a nadie, excepto el período stalinista en Europa oriental. Cuando la URSS ya se había desarrollado, bestialmente pero en menos de treinta años por sí misma y contra el acoso del liberalismo y las democracias capitalistas. 200 años lleva el liberalismo explotando y creando miseria. Y sigue.
Hoy día, el comunismo del subdesarrollo, como el ruso, chino o cubano, no es posible en los países desarrollados. Sí son posibles el comunismo democrático del desarrollo y el comunismo libertario. No tienen que construir ni desarrollar los países europeos, sino que garantizar y defender las libertades económicas, las libertades morales y las libertades políticas. Defender el bienestar social y universalizarlo. Defender las libertades morales contra las dictaduras morales y universalizarlas. Defender las conquistas sociales: educación, sanidad, infraestructuras…y universalizarlas.
Defender, universalizar y potenciar las Declaraciones de Derechos Individuales y Humanos. Proteger a los ciudadanos de la demoledora, aniquiladora y codiciosa voracidad de capitalismo mediante políticas indicativas de planificación, inversiones estatales y prioridades sociales. El comunismo democrático, superando su culto al Estado, y el comunismo libertario distinguen entre la propiedad privada de los medios de producción y la propiedad privada de las necesidades básicas de cada individuo, ciudadano.
Deben proteger la propiedad privada de las necesidades individuales básicas: vivienda, comodidades individuales, educación, sanidad, trabajo o subsidios…en estas tareas se concentra, hoy, la amenaza comunista, democrática, libertaria y progresista. En la defensa de las libertades y la garantía de vivir dignamente para todos los ciudadanos. Limitando la codiciosa acumulación de la riqueza que sólo producen quienes trabajan y potenciando su distribución entre todos los ciudadanos. Sin republicanos, comunistas, anarquistas, progresistas, sin consejos comuneros y de base esa tarea será imposible.
Javier Fisac Seco
Historiador.