La niña, que consentió las relaciones, «estaba en la creencia de que eran novios»
Macsuel Pérez, pastor de una iglesia evangélica de Barcelona, ha sido condenado a diez años de cárcel por abusos sexuales a una menor. La niña, Sofía, que tenía entonces 12 años, acudía cada día a la iglesia a ver al pastor y a rezar. Según la sentencia de la Audiencia de Barcelona, Macsuel y Sofía mantuvieron relaciones sexuales con penetración hasta en cuatro ocasiones, siempre con el consentimiento de la menor, “que estaba en la creencia de que eran novios”, según la resolución.
Los hechos ocurrieron la primavera del año pasado. Macsuel, nacido en la República Dominicana, contactó con la menor a través de Facebook. Le dijo que era muy guapa y le propuso ir a casa. Ella accedió. Ese día, en el sofá, se besaron. El pastor le propuso pasar a la habitación, pero ella se negó “entendiendo que era para mantener relaciones sexuales”; el pastor aceptó el rechazo y la chica se marchó.
Desde entonces, sin embargo, se inició una relación esporádica. Macsuel y Sofía se vieron algunos días, siempre entre las 14 y las 16 horas, cuando el pastor estaba solo en casa. En el juicio, Macsuel admitió que sabía que Sofía era menor de edad, pero no tanto. Y precisó que fue ella quien le buscó para que se acostaran. “Me contaba sus sueños, lo que quería hacer… Me hostigaba mucho”, dijo el hombre. “Ella iba al colegio en pantalones, pero cuando pasaba por delante de mi casa se ponía una minifalda”, insistió.
A mediados de junio de 2012, la madre se enteró de lo ocurrido y denunció los hechos en comisaría. La familia conocía al pastor desde hacía cuatro años y era habitual del centro en el que Macsuel ejercía como líder pastoral. El condenado y la menor ya mantenían contacto a través de las redes sociales, el correo electrónico y el teléfono desde hacía cuatro años.
Pese a ser consentidas, las relaciones sexuales con menores de esa edad están castigadas por ley. Los magistrados han condenado por un delito continuado de abusos sexuales a Macsuel, que permanece ingresado en prisión provisional. La sentencia le impone la prohibición de acercarse a menos de 300 metros de la víctima y a comunicarse con ella durante 12 años. Además, deberá indemnizarla con 4.000 euros.