En las que acusaba de quinees se oponían a las subvenciones a la iglesia eran los que más recibían
Declaraciones del Obispo de Albacete al diario La Verdad en Albacete, aparecidas el 14 de marzo de 2011, en una larga entrevista a doble página.
«Los que más cuestionan las ayudas a la Iglesia son los más subvencionados»
Ciriaco Benavente. Obispo de Albacete
LA VERDAD DE ALBACETE. 14.03.11 – 00:35 –
SÁNCHEZ ROBLES | ALBACETE.
Declaraciones completas en:
http://www.laverdad.es/albacete/v/20110314/albacete/cuestionan-ayudas-iglesia-subvencionados-20110314.html
Ante tal afirmación:
Declaraciones del presidente de Europa Laica: Francisco Delgado, el mismo día 14, que se envían al diario La Verdad
En opinión del presidente de Europa Laica
“FALSAS DECLARACIONES DEL OBISPO DE ALBACETE:
CIRIACO BENAVENTE”
El obispo de Albacete, Ciriaco Benavente, acaba de hacer unas declaraciones al diario La Verdad de Albacete en las que ofrece un titular: “«Los que más cuestionan las ayudas a la Iglesia son los más subvencionados» No sabemos si por ignorancia o deliberadamente.
Como presidente de la asociación Europa Laica me veo obligado a expresar lo siguiente: Nuestra asociación junto a otras laicistas europeas y de América latina venimos denunciando y cuestionando las enormes cantidades de dinero público que la iglesia católica y otras iglesias reciben de los estados. En contra de lo que el obispo Ciriaco Benavente afirma, expreso, públicamente, que estas organizaciones, las que más cuestionamos las subvenciones del Estado a la iglesia católica NO recibimos, generalizadamente, subvenciones.
Pero si afirmamos, que, concretamente en España la organización religiosa católica ha recibido del Estado (central, autonómico y municipal) en 2010 una cantidad superior al equivalente del 1% del PIB, es decir algo más de diez mil millones de euros, cifra aproximada que sale de las cuentas a las que hemos tenido acceso, pero posiblemente sea bastante más, dada la opacidad con la que opera la iglesia católica, con el apoyo del poder político. Ya no hablemos de los privilegios políticos, sociales, simbólicos, jurídicos, tributarios, etc. y de la de enorme masa patrimonial, (no toda ella conseguida de forma lícita a lo largo de la historia)
La jerarquía católica eleva a la calificación de “indispensable” su “obra social”, financiada, en gran parte, con dinero público. Junto al beneficio que puedan obtener algunos ciudadanos, no es menos cierto que se dan dos hechos en cierto modo injustos: Sirve a la iglesia católica para hacer proselitismo de su dogma e ideario, no siempre de acuerdo a los derechos civiles universales, al mismo tiempo que los poderes públicos hacen una dejación, en ocasiones, vergonzante de sus obligaciones sociales directas con la ciudadanía a la hora de contribuir a construir una mayor justicia social para todos, en igualdad de condiciones.
Olvida Ciriaco Benavente, que los obispos, curas, capellanes, personas que imparten religión, etc. son, de hecho, personal al servicio de la administración del Estado, ya que cobran de éste, directa o indirectamente. Eso si significa una cuantiosa subvención, además del mantenimiento de edificios, casas del clero y otros espacios societarios, servicios religiosos, donación de suelo público, exención de impuesto como el IBI, etc. que comporta un buen montante y a la que tienen acceso muy pocas entidades y asociaciones privadas.
Otra gran mentira: Las grandes organizaciones políticas, sindicales, empresariales, sociales que “más son subvencionados” por el Estado, como afirma el Obispo de Albacete, NO hacen crítica de los dineros que recibe la iglesia católica e incluso en el caso del “poder ejecutivo” lo incentiva y fomenta. Evidentemente, no hacen crítica, porque “viajan en el mismo tren” con los mismas claves “funcionar y hacer proselitismo de sus ideas particulares” con el dinero común que es de todos, de ahí que estas grandes organizaciones e incluso otras más pequeñas que acceden a las subvenciones ordinarias o a través del IRPF, callen.
La democracia ha de potenciarse a través del tejido social y político, pero lo que no está claro todavía y, particularmente en España, de qué forma el Estado (con el dinero común de los impuestos) ha de contribuir de manera equitativa al sostenimiento de ese tejido social y político, evitando injusticias, clientelismo y corruptelas, de las que padecemos constantemente. Por ello sería urgente legislar leyes transparentes y equitativas de financiación. Aunque una importante corriente de opinión expresa que el dinero público debería de ir para las obras y servicios de toda la comunidad y que cada ideología particular se financie con sus propios medios. Ahí hay un debate pendiente.
Francisco Delgado. Presidente de Europa Laica. /// Madrid, 14 de marzo de 2011
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