Comentarios del Observatorio
Es fundamental que la educación sea laica, de forma que toda la ciudadanía compartamos una base común desde la que desarrollarnos. Ello no obsta a que en el ámbito familiar o en general extraescolar, se pueda educar en las convicciones particulares, pero ha de garantizarse el derecho de acceso al conocimiento sin sesgos ideológicos particulares.
La reivindicación de que la educación sexual en el ámbito escolar esté filtrada por el prisma de una u otra moral religiosa particular no es sino una muestra de clericalismo, de intento de una influencia excesiva en el ámbito común, en este caso el educativo.
Advierten que peligra la libertad religiosa al plantear que “la educación integral en sexualidad no podrá brindarse desde una moral religiosa particular”
La Confederación Nacional Católica de Educación (Conaced), que agrupa a 29 federaciones en toda Colombia, con más de 800 colegios afiliados y 84 años de trayectoria ha expresado su preocupación ante la llamada Ley 229 de 2021 sobre educación sexual integral que propone la Unesco.
Al respecto, señalan que el Parlamento desconoce la autonomía del sistema de escuelas públicas y privadas como de la legislación colombiana al tratar de imponer este programa de la Unesco, que fue “muy discutido y rechazado por amplios sectores colombianos y que no corresponde a los principios educativos de la mayoría de Padres de Familia del país”.
Para la Conaced con este proyecto de ley se intenta imponer “un control estatal a los contenidos de enseñanza, incursionando también en la autonomía curricular de la educación superior, si bien mitigada al decir ‘podrán’, en el PL 229”.
Efectos adversos
Señalan que “el Congreso de la República debiera tener información más objetiva sobre los resultados de la implementación del modelo de educación en la sexualidad que quieren imponer, en los países que lo han hecho, con efectos totalmente contrarios a lo que se quiere prevenir”, por lo que resulta “peor el remedio que la enfermedad”.
Entre eses efectos mencionan: depresión y el suicidio por pérdida de identidad sexual, incremento de embarazos en la adolescencia, el abuso y la violencia sexual, la destrucción de la familia, enfermedades de trasmisión sexual, abusos entre menores y afectaciones en el desarrollo psicoemocional entre otros.
Peligra la libertad religiosa
Asimismo denuncian que este proyecto de ley “establece una grave violación al derecho de libertad religiosa y de cultos al establecer en un inciso del parágrafo 3º del artículo 5º lo siguiente: En ningún caso la educación integral en sexualidad podrá brindarse desde una moral religiosa particular”.
Por ello, “persistiremos en esta petición por todos los medios legales, éticos y académicos previstos en las democracias” y aclaran que “no actuamos vinculados o en nombre de ningún partido o grupo político en particular y puede ser que alguno de estos grupos coincida en parte o totalmente con nosotros en este tema, pero nuestra posición es propia de Conaced, siguiendo la enseñanza de la Iglesia Católica”.
En definitiva, solicitan al Congreso que se retire o archive el proyecto de Ley 229 de 2021 y tengan en cuenta “el ejemplo de sus predecesores en la Comisión Sexta del Congreso y del gobierno de la época, quienes dedicaron los años de 1992, 1993 y 1994 a recorrer el país, no solo para escuchar a todos los sectores interesados en la educación; ante todo para buscar un gran acuerdo en materia educativa y lograr esa norma llamada Ley General de Educación”.