La Corte de Apelaciones de Santiago de Chile rechazó “las excepciones de prescripción y de falta de vínculo de dependencia entre Fernando Karadima y el arzobispado de Santiago” alegada por la defensa de la Iglesia, revocó una sentencia de primera instancia de marzo de 2017 en ese sentido y aceptó la demanda interpuesta por las tres víctimas de Karadima que han hecho público su caso —Juan Carlos Cruz, José Andrés Murillo y James Hamilton–, según el fallo judicial al que tuvo acceso The Associated Press.
El dictamen judicial declaró procedente la reparación “por concepto de daño moral” por unos 150.000 dólares que deberá pagar la Iglesia a cada uno de los demandantes.
La Iglesia aún puede apelar ante la Corte Suprema. Sin embargo, el Arzobispado de Santiago emitió un comunicado en el que manifestó “su conformidad con el fallo” y su confianza en que “esta sentencia contribuya al proceso de reparación del dolor sufrido por las víctimas de Fernando Karadima”.
“La resolución atribuye responsabilidad a la institución por los errores que hemos reconocido desde un comienzo: la forma en que se tramitaron las denuncias presentadas por los demandantes, la inadecuada valoración de las mismas y la falta de acompañamiento a las víctimas”, afirmó la institución.
El fallo establece de forma clara las responsabilidades de la Iglesia como institución, más allá de la figura de Karadima, al no hacer nada para proteger a las víctimas.
“La negligencia en la investigación del abuso que se hizo desde las instancias oficiales de la Iglesia católica tuvo gran impacto sobre las víctimas cuando las autoridades institucionales descartaron la denuncia en lugar de considerar la posibilidad de examinar si tenía algún elemento de verdad, protegiendo con su inactividad a los abusadores… y descuidando por completo lo ocurrido a las víctimas del abuso”, indicó el fallo.
La sentencia citó tanto al cardenal Francisco José Errázuriz, quien debe comparecer ante la fiscalía por acusaciones de encubrimiento este jueves, como al cardenal Ricardo Ezzati, antiguo arzobispo de Santiago y que fue removido de su puesto el sábado cuando el papa Francisco aceptó su renuncia tras verse envuelto en varios escándalos por encubrimiento de abusos sexuales. En el fallo se utilizó como prueba una carta de 2009 de Errázuriz dirigida al nuncio apostólico en la que se observa que estaba al tanto de los abusos.
Sin embargo, Ezzati negó en declaraciones este mismo miércoles a Radio Cooperativa que haya habido encubrimiento de abusos sexuales durante su periodo de arzobispado en la iglesia, alegando que se investigaron todos los casos que se presentaron.
El encubrimiento tanto de Errázuriz como de Ezzati ha sido señalado en muchas
ocasiones por las víctimas de Karadima.
Las víctimas se manifestaron satisfechas y anunciaron una rueda prensa para dar más detalles.
“Esto nos ayuda a todos los que han vivido este horror y por eso estamos contentos. Un abrazo grande”, publicó en Twitter Juan Carlos Cruz desde Estados Unidos, donde reside.
El fallo se produjo nueve años después de que salieran a la luz pública los abusos de Karadima, quien fue condenado a una vida de retiro, penitencia y oración en un juicio canónico, y finalmente expulsado de la Iglesia por el papa Francisco en septiembre.
La sentencia podría abrir el camino a muchas otras solicitudes de indemnización por parte de cientos de personas que han denunciado abusos sexuales o encubrimiento dentro de la Iglesia chilena.