En esto pensaba cuando ha caído en mis manos un volumen titulado: “Para salvarte. Compendio de las verdades fundamentales de la religión católica”. El libro superó el millón de ejemplares de venta y goza del “Nihil obstat” e “Imprimatur” del Vicario General del Obispado. Editado por “Apostolado Mariano” se presenta corregido y aumentado según los documentos del Concilio Vaticano II y el nuevo Código de Derecho Canónico
Opino que esta obra nos retrata la “educación” que impartirían, si pudieran, quienes se oponen a Educación para la ciudadanía.
Así, en la Pág. 306 nos “educa” de la siguiente manera: “El vicio solitario (masturbación) es la acción de abusar del propio cuerpo excitando los órganos sexuales para procurarse voluntariamente el placer hasta el orgasmo, derramando a solas y voluntariamente los gérmenes de vida que Dios da”.
De manera que ya sabemos, la masturbación es el “vicio solitario”. No comprendo que ven de vicio en su práctica y, menos aún por qué ha de producirse exclusivamente en solitario.
De cualquier modo, en la siguiente página continúan “educando”: “Quien tiene la desgracia de verse esclavizado de esta mala costumbre debe poner el mayor esfuerzo en corregirse cuanto antes. Este vicio encadena fuertemente, cada vez es más difícil desligarse de él, y cuando tiene esclavizado a un hombre lo envilece, lo embrutece, agota su organismo, anula su voluntad, destroza su carácter, perturba el desarrollo de la personalidad, debilita la fe, produce desequilibrio nervioso, hace egoístas e incapacita para amar a otra persona, y puede conducir a la locura”.
El catolicismo hispano, tan combativo con EpC , continúa su labor educativa de los jóvenes: “La mayor parte de los jóvenes que contraen este vicio sufren, como consecuencia de ello, una considerable merma, a veces ya definitiva, de su virilidad… difícilmente llega ya a ser un hombre de cuerpo entero”.
La impagable labor educadora de los detractores de EpC prosigue en la Pág. 308: “El muchacho (que se masturba) pierde ese maravilloso empuje de la juventud. Esa fuerza, ese dinamismo y capacidad de darse que los jóvenes poseen como la más maravillosa de las riquezas… Se convierten en esos muchachos tristes, introvertidos, mezquinos, incapaces de luchar por un ideal, incapaces de pensar en nada que valga realmente la pena”.
Bien, cuando veamos algún jovenzuelo tristón, nervioso, mezquino, egoísta, envilecido o desequilibrado, no lo dudemos… es a causa del “vicio solitario”. Además, que se vayan despidiendo de estudiar en la Universidad, ganar oposiciones o similares. Lean, lean: “Obsesionados por este vicio, acaban perdiendo sus más nobles aspiraciones, y el brillante porvenir que esperaban conquistar con noble lucha, ya no les importa”.
La labor educadora católica continúa: “No es inteligente considerar la masturbación como algo natural, pues causa una serie de trastornos en el adolescente. No sólo en el campo religioso, sino en el afectivo, psicológico, intelectual, etc.”. De modo que ya sabemos, la masturbación no es natural. ¿Será artificial, pues?
Ahora bien, en algo tienen razón: “La masturbación es muchas veces un recurso barato…” (Pág. 308) Sí, efectivamente, barato sí que es. Aquí llevan razón.
La educación católica prosigue su adoctrinamiento: “A veces las caídas en la masturbación no son por una intención lujuriosa. Son consecuencia de una depresión, una angustia, una ansiedad que no permite conciliar el sueño, etc. Casos así pueden remediarse con algún sedante inofensivo como Huperplex, Librium, Tranxilium, Valium, etc” (Pág. 310). De manera que nada de combatir la depresión o el insomnio con lo que tengamos más a mano (nunca mejor dicho). De eso nada. Antes consulte a su farmacéutico.
Continúa el “Compendio de verdades fundamentales de la religión católica” con un cita vaticana: “En enero de 1976 el Vaticano publicó un documento sobre Moral Sexual donde dice: El uso deliberado de la facultad sexual, fuera de las relaciones conyugales normales contradice esencialmente la finalidad de esta facultad… la masturbación es un acto intrínsecamente desordenado”.
Ya sabemos que estudiar EpC es algo terrible. Sobre todo desde que no arremete contra el “vicio solitario” y considera el sexo como algo libre y natural Así, en la Pág. 311, el “Compendio de verdades fundamentales de la religión católica” nos previene contra algunos sentimientos pecaminosos: “El orgasmo, que es la sacudida que experimenta el cuerpo con la satisfacción del placer sexual, es derecho exclusivo de casados. Una persona soltera no puede ni procurárselo voluntariamente ni aceptarlo si lo experimenta voluntariamente. A veces el orgasmo se produce imprevistamente. En ese caso tampoco es lícito saborearlo voluntariamente…”
Este “Compendio de verdades fundamentales de la religión católica” no fue editado en la Edad Media, ni tan siquiera en el franquismo. Vio la luz en 1983. Bien entrada nuestra democracia. Tras leerlo sólo cabe preguntarse: ¿Con qué autoridad moral arremeten ellos contra EpC?, ¿Puede esta gente erigirse en paladines de la educación de los jóvenes?
Afortunadamente han perdido gran parte de su poder. Pero aterra comprobar lo que ocurriría si lo conservaran.