Somos un grupo de feministas militantes y simpatizantes de Podemos que no escribimos un manifiesto que busque miles de firmas sino un artículo con el que queremos hacer patentes parte de nuestras vivencias y posicionamientos ya que a veces parece que no existiéramos. En Podemos hay miles de mujeres que llevamos toda nuestra vida involucradas en el feminismo de los barrios, con las asociaciones vecinales; en la lucha contra los desahucios, la pobreza, y la represión a las mujeres en situación administrativa irregular, entre otras. No hemos estado nunca en el feminismo institucional, pero, a pesar de nuestra distancia política con el PSOE, siempre hemos reconocido, tanto en público como en privado, los avances legislativos y sociales que ese partido ha impulsado en lo que se refiere a la igualdad entre mujeres y hombres. Un reconocimiento que también han expresado las compañeras que han llegado a las instituciones y al Ministerio de Igualdad.
Sin embargo, es patente que el PSOE no ha digerido bien no ser ya el único feminismo en las instituciones y fuera de ellas. La primera huelga del 8M marcó un antes y un después en el feminismo, despajándose de lideresas y protagonismos, y descolocó a un partido que no supo ver tal cambio venir. De hecho, pese a que el PSOE se unió a esta huelga, lo hizo desde una marcada distancia. No obstante, tampoco son recientes los desacuerdos en el feminismo: debates dolorosos siempre han existido y la doble militancia siempre ha sido compleja. Lo único que es nuevo es que hay ahora otro partido con feministas (tan feministas como vosotras, con tantos años de feminismo a las espaldas) que ocupa puestos institucionales.
Hemos sido respetuosas con el legado feminista de quienes nos han precedido. Respeto que, desde luego, en ningún momento hemos sentido que haya sido mutuo. Al leer lo que se escribe y se dice en estos días pareciera que sólo vosotras sabéis de feminismo, que sólo vosotras habéis leído, sólo vosotras tenéis experiencia, sólo vosotras lleváis años en esto. Es decir, que esto, el feminismo, es vuestro. Desde esta posición se ha intentado borrar (qué palabra tan atroz para utilizar en contextos en los que debería imperar. al menos, la cooperación), denostar y obstaculizar a las que vienen. Pero no. El feminismo se ha transformado con la cuarta ola y ya no será, ni podrá, ser el mismo. La emergencia de esta cuarta ola y sus afanes (cada generación tiene los suyos) cogió al feminismo del PSOE a trasmano y a duras penas consiguió incorporarse. Reiteramos que muchas de las mujeres de Podemos llevamos décadas en el movimiento feminista, luchando por aquellas a las que el feminismo del PSOE suele dejar de lado. Hemos aguantado comportamientos que podrían clasificarse como acoso, de matonas, e investidos de un sectarismo extremo en el que no puede crecer nada. Hemos soportado una especie de feminismo trumpista caracterizado por bulos, noticias falsas, y una extrema agresividad dirigida a otras compañeras feministas.
Las que esto firmamos somos abolicionistas y muchas llevamos años trabajando con mujeres en prostitución y nos consta que el Ministerio de Igualdad tiene previsto (ya está así recogido en la ley de Libertades Sexuales) introducir cambios legislativos para perseguir el proxenetismo y librar a este país del monstruoso récord que ostentamos con respecto a la prostitución. Con todo, llegadas a este punto, necesitamos recordar que el PSOE, con todas sus mayorías absolutas, si bien declaraciones enfáticas ha hecho muchas, jamás ha implantado una sola medida contra el proxenetismo. No ponemos en duda el posicionamiento abolicionista del PSOE, y entendemos que el feminismo encuentra trabas en todos los partidos, pero nosotras nos vemos en la obligación de reiterar con exactitud nuestra posición: somos también abolicionistas de los vientres de alquiler. Una práctica que nos parece aberrante y sobre la que nuestro partido tiene una postura clara que se verá reflejada a través del Ministerio de Igualdad qué la calificará como violencia contra las mujeres. A pesar de ello, no es fácil derogar la Instrucción del 2010 aprobada por el PSOE y, que aún ahora, depende enteramente del Ministerio de Justicia. Somos conscientes de la necesidad de normativa internacional, y la opinión pública y política cada vez caminan más en ese sentido. Somos optimistas.
Nos sorprende la crítica al neoliberalismo sexual que deja de lado la crítica al neoliberalismo económico, como si aquel pudiera darse sin este
Asimismo, somos antineoliberales, ese concepto que ahora aparece calificando a casi todo, pero no tanto al sistema económico. Somos tan antineoliberales que llevamos toda la vida militando y luchando contra sus políticas. El PSOE no. Ser antineoliberal es necesario, pero para todo. El neoliberalismo se encarna en los cuerpos de las mujeres, sí, pero no se puede luchar contra esto eficazmente si no se combate el sistema económico que lo permite y fomenta. Hay que ser anticapitalista no sólo para luchar contra la prostitución o los vientres de alquiler, sino para luchar contra los desahucios, las privatizaciones de los servicios públicos (que el PSOE impulsó y llevó a cabo); para luchar contra la deuda impuesta y contra las instituciones dominadas por los lobbies económicos y financieros. Nos sorprende la crítica al neoliberalismo sexual que deja de lado la crítica al neoliberalismo económico, como si aquel pudiera darse sin este. El capitalismo es el que convierte a las mujeres en mercancía y les impone condiciones de pobreza inaceptables, por eso la lucha contra el capitalismo es esencial. Es esa pobreza femenina, esas mujeres pobres, las que luego terminan en la prostitución. El antineoliberalismo hay que demostrarlo con las Kellys, con las aparadoras del calzado, con las trabajadoras domésticas, las limpiadoras, las auxiliares de ayuda a domicilio, las migrantes, las que vienen aquí a cuidar para que nosotras podamos no hacerlo… Ahí no hemos visto al feminismo del PSOE tan combativo. Ser antineoliberal es luchar por derogar una reforma laboral que precariza sobre todo a las mujeres, feminiza sectores laborales y por ende extiende la pobreza entre nosotras. Unas se ocupan del techo de cristal y otras intentamos ocuparnos del suelo pegajoso al que permanecen ancladas la mayoría.
Vosotras mismas sabéis que la polvareda que se ha levantado en torno a la Ley Trans se enmarca indivisiblemente en el debate político. En esencia, su contenido no es más ni menos que el de la ley que presentó el PSOE en un no tan lejano 2019. Es más, es la misma que el propio PSOE ha presentado en 11 Comunidades Autónomas, y hace dos meses se presentaba una ley con el reconocimiento de la autodeterminación de género en Cantabria. Podemos no está en ese parlamento y quizá por eso, esa ley no generó debate alguno. Si Podemos no existiera esa ley se hubiera aprobado sin ningún problema. Podemos debatir de todo, pero esa realidad está ahí y de ahí debemos partir.
Pero más allá de este falso debate queremos un feminismo con y de todas. Queremos debates respetuosos entre opiniones dispares. Queremos política, porque la política parece haber desaparecido en tiempos del trumpismo. La política es pacto, negociación, debate, cesiones. Justo lo que el sectarismo quiere cortar de raíz. Los desagravios e insultos gratuitos no van a desalentarnos a quienes queremos un feminismo no sectario. No van a hacer mella entre quienes nos queremos compañeras de otras feministas con las que queremos caminar juntas hasta donde podamos. Sabemos que aún tenemos un largo camino por delante.
Repetimos que queremos un feminismo de todas y con todas. Con las compañeras del PSOE, por supuesto, porque con muchas de ellas hemos recorrido una parte fructífera del camino, pero del feminismo no nos va a expulsar nadie. Este país lo ha cambiado en parte el feminismo, y lo va a seguir cambiando. Nosotras somos parte ya de ese cambio. El sectarismo, la falsa superioridad, el odio y el desprecio usados como armas políticas no pueden formar parte de ningún feminismo, ni deberían formar parte de la política. Todas deberíamos tener esto claro.
Nosotras estamos orgullosas de este Ministerio de Igualdad que nos representa a muchas de las que llevamos años luchando frente al capitalismo despiadado y las políticas neoliberales. Estamos orgullosas de un Ministerio que, por primera vez, ha dado entrada a mujeres que antes estaban radicalmente excluidas de sus muros.
Estamos orgullosas de la lucha de este Ministerio por ocuparse del cuidado de la vida y de las mujeres que el sistema invisibiliza. Más allá del ruido sabemos lo que somos y dónde estamos.
Por nuestra parte, seguimos adelante. Lo que tenemos delante son a unas cuantas feministas, ni siquiera un feminismo, intentando borrar a otras: las que no piensan como ellas. Y todo porque creen que les han arrebatado su sitio. Os lo aseguramos: cabemos todas. Y en todo caso, con conflicto o sin él, con unidad o sin ella. Nosotras seguiremos aquí porque aquí hemos estado siempre.
Firmado:
Ángeles Delgado
Isabel Campos
Charo Arcas Díaz
Julia Oñate
Clara Molina Blanco
María García Sandoval
Concha Torralba
Mercedes Martín
Cristina Rodríguez
Pilar Arriero
Elke López
Pilar López-Jamar
Esperanza Pascual Fonollosa
Rosa García-Zarco
Inma Moyano
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