Ante las afirmaciones realizadas por el Sr. Landaluce, Alcalde de Algeciras, en el pregón de la Exaltación de la Virgen de la Esperanza, que incluyen frases como, «tuve el honor de imponerle la medalla de la ciudad al único y verdadero Dios de la Ciudad, el Señor de Algeciras».
Cadiz Laica, delegación provincial de Europa Laica, expresa su completa disconformidad con los políticos que, como él, ignoran la separación entre la Iglesia y el Estado, recogida en el art 16 de la Constitución: «Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto a los individuos y comunidades» y también, «Ninguna confesión tendrá carácter estatal».
Un alcalde debe de ser neutral en materia religiosa, obviando opiniones sectarias. Decir que un dios, de una religión concreta, es el Señor de una Ciudad, es una clara imposición desde las instituciones públicas, una burla a la aconfesionalidad del estado. Habría que reseñar que en España, según las encuestas del CIS, el número de no creyentes duplica al de religiosos practicantes.
El señor Landaluce desprecia uno de los principios básicos que debe ofrecer cualquier representante público, plegándose a lobbies que persiguen imponer su religión a toda la ciudadanía, avergonzando con sus extravagancias clericales a gran cantidad de algecireños.