El parlamento aprueba la prohibición del velo integral en un contexto de creciente hostilidad hacia la población musulmana en Bulgaria, puerta de entrada para migrantes que intentan llegar a Europa a través de Turquía.
El parlamento aprueba la prohibición del velo integral en un contexto de creciente hostilidad hacia la población musulmana en Bulgaria, puerta de entrada para migrantes que intentan llegar a Europa a través de Turquía.
Bulgaria se convierte en el tercer país en aplicar la prohibición siguiendo de Francia y Bélgica. Suiza está debatiendo la medida.
La normativa prohíbe a las mujeres musulmanas llevar prendas que disimulen total o parcialmente el rostro en espacios públicos y durante sus gestiones con la administración, en instituciones educativas o públicas y también en lugares de ocio o deporte.
La ambigüedad de la ley está en las supuestas excepciones: se permite cubrir el rostro por motivos de salud o de necesidad profesional. Y la prohibición no se aplica en los domicilios privados o en centros religiosos.
Las infracciones conllevarán multas de 200 leva (102 euros) y hasta 1.500 levas (767 euros) en caso de reincidencia. Si la “infractora” es una empleada pública, se elevará a 2.000 leva (1.022 euros).
Quien “persuada” a otras personas de que se tapen la cara estará sujeto a una pena de hasta tres años de cárcel y una multa de 5.000 leva (2.500 euros). Si la persona “persuadida” para taparse la cara es menor de edad, la pena se eleva a un máximo de cinco años de cárcel y una multa de hasta 10.000 leva (5.000 euros).
La legislación propuesta por la formación nacionalista Frente Patriótico, socio en la coalición conservadora de Gobierno, fue aprobada por el Parlamento el viernes 30 de septiembre por 121 votos a favor y 22 en contra.
A pesar de que el burka o el velo integral es una prenda muy poco utilizada entre las musulmanas búlgaras, el partido gobernante Ciudadanos Para El Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB) apoyó la medida aludiendo a la “defensa de la seguridad nacional en tiempos de amenazas terroristas”.
El partido opositor Movimiento por los Derechos y Libertades (DPS) -representante de la minoría turca del país- abandonó el hemiciclo para no participar en la votación que calificó como una “iniciativa radical y xenófoba” dirigida contra el islam y acusó a las otras partes de “sembrar la intolerancia religiosa.”
“Esta ley no contribuye a la seguridad nacional sino que la perjudica. La ley ha sido propuesta por personas radicales y xenófobas y como resultado otros fundamentalistas y xenófobos ya podrán afirmar que los musulmanes en Bulgaria están oprimidos”, declaró desde la tribuna parlamentaria el líder de la formación Movimiento de derechos y libertades, Mustafa Karadaya.
Por su parte, el líder del Frente Patriótico, Krasimir Karakachanov, argumentó que esta ley busca prevenir divisiones en la sociedad por motivos religiosos.
La medida fue duramente criticada por las comunidades que profesan el islam, aproximadamente el 10% de 7,2 millones de habitantes del país balcánico. La comunidad musulmana constituye la minoría religiosa más numerosa del país, son mayoritariamente de étnica turca y existe una minoría rom.
Amnistía Internacional y otros grupos de derechos humanos se han pronunciado contra la ley señalando la creciente tendencia al fomento de la xenofobia y el racismo en Bulgaria, y han denunciado al gobierno por abusar de los solicitantes de asilo de los países asolados por la guerra.
“Los funcionarios búlgaros han aplicado la devolución sumaria de los solicitantes de asilo y migrantes a Turquía, a menudo después de robar sus pertenencias y someterlos a violencia”, afirma Human Rights Watch en un informe elaborado a principios de año.
La prohibición forma parte del paquete de medidas represivas contra las personas inmigrantes y refugiadas iniciado en varios países europeos tras la crisis de los refugiados.
Suiza aprueba la ley a la espera de ser ratificada
Varias ciudades búlgaras ya habían prohibido el niqab en el ámbito local. La ley sigue el modelo de las medidas similares impulsadas en Francia y Bélgica. El parlamento suizo aprobó la ley la semana pasada y está a la espera de ser ratificada mediante un referéndum. Según un sondeo publicado en agosto por el diario Matin Dimanche, el 71% de los suizos son favorables a la prohibición del burka.
Alemania estudia la medida después de que la canciller Ángela Merkel, así como el ministro De Maizière, expresaran públicamente en distintas oportunidades sus recelos al uso de todo tipo de velo integral, aunque no se han pronunciado a favor de su prohibición.
Tras el cierre de la frontera entre Grecia y Macedonia, cientos de personas llegan cada día a la frontera turco-búlgara, a pesar de su valla alambrada. De modo que la Comisión Europea acaba de autorizar el desembolso de 108 millones de euros a Bulgaria, además del envío de 250 agentes europeos y 50 vehículos.
Es innadmisible que un Estado miembro del proyecto imperialista europeo aplique medidas machistas e islamófobas bajo la retórica de la “lucha contra el terrorismo”.
Aceptar políticas criminalizadoras contra las mujeres migrantes es posicionarse junto al Estado imperialista y patriarcal, que nada nos da sin una pelea constante en las calles.