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Bélgica afronta la radicalización de los residentes musulmanes

La policía constata que el extremismo no cesa de aumentar entre los islámicos Las redes reclutan para Irak a jóvenes de origen marroquí y belgas conversos

La llama del radicalismo islámico ha prendido con fuerza entre los musulmanes residentes en Bélgica. Según un informe de la policía federal belga, esa comunidad vive un proceso de "repliegue comunitario y de radicalización" religiosa. El informe, publicado ayer por el semanario belga Le vif-L'express, insiste en que "con el actual contexto internacional, esta radicalización no cesa de aumentar entre los miembros de la comunidad musulmana".
La expansión del islamismo radical se percibe en la importancia creciente que las estructuras terroristas instaladas en Bélgica tienen en la trama de reclutamiento de jóvenes para enviarlos a luchar en la yihad (guerra santa) en Irak. Para un miembro de un servicio secreto occidental, "Bélgica es el eje del reclutamiento en Europa".
Por su parte, Marie Cecile Royen, periodista especializada en terrorismo en el semanario Le vif-L'express, sostiene que "en Bélgica, el reclutamiento de jóvenes funciona a toda máquina". Según esta periodista, la trama de reclutamiento la llevan a cabo "miembros del Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) e individuos de la nebulosa salafista".

ESTRUCTURAS DIFUSAS
Sus objetivos son jóvenes belgas de origen marroquí. Los reclutadores se aprovechan del sentimiento de marginación de esos jóvenes hijos de inmigrantes.
Sin embargo, su objetivo no son solo los musulmanes. "La trama de reclutamiento está actuando para captar a conversos, tanto belgas como personas de origen africano, sobre todo ruandeses y congoleños".
Por su parte, Jean Pierre Borloo, experto en terrorismo del diario Le Soir, apunta a que "si antes había grandes estructuras terroristas, ahora el reclutamiento lo lleva a cabo una nebulosa mucho más difusa".
Aunque era consciente de la gravedad del fenómeno, la sociedad belga quedó conmocionada cuando se difundió la noticia de que Muriel Degauque, una mujer belga convertida al islam, había perpetrado un atentado suicida en Irak el 9 de noviembre del 2005. Fue su marido, un marroquí que también se suicidó en un atentado, quien la adoctrinó hasta convertirla en una kamikaze.

PRÓXIMO JUCIO
La justicia tiene previsto juzgar a final de año o a principios del 2007 a la célula que reclutó a Muriel y a su marido. El responsable de la célula es Pascal Cruypenninck, un belga converso al islam, que pretendía convencer a su novia, una ruandesa también conversa, para seguir los pasos de Muriel.
El fenómeno de reclutamiento ha llegado a ser tan importante en Bélgica que el Comité R (como se conoce al Comité Permanente de Control de los Servicios de Información), abrió una investigación sobre el asunto. Ese organismo, que controla a las unidades de espionaje civil, criticó que la Seguridad del Estado "no procede a un control sistemático de los desplazamientos de personas que salen o pasan por Bélgica con destino a países conflictivos".
Según el Comité R, la atención policial se concentra en "las redes radicales susceptibles de estar en contacto con grupos en el extranjero".

VINCULACIÓN CON EL 11-M
Células terroristas instaladas en Bélgica tuvieron un papel clave en el 11-M. De hecho, el 1 de febrero del 2005, las autoridades belgas detuvieron, a petición de España, a Yusef Belhadj, presunto portavoz de Al Qaeda en Europa y uno de los cerebros de los atentados de Madrid.
Además, las células belgas tienen contacto intenso con la trama radical en otros países, sobre todo España, pues desde Bélgica han llegado predicadores radicales. Las conexiones se extienden a Italia, Holanda y Alemania y se han intensificado desde que el GICM, el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) argelino, el Grupo Islámico Combatiente Libio y radicales tunecinos han comenzado a funcionar como una sola organización.

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