La finalidad de esta fecha es la de poder construir una sociedad libre y democrática que respete los derechos de pensamiento, conciencia y expresión a nivel mundial.
Entendemos que el laicismo es una corriente ideología que busca un mayor entendimiento, concordancia y convivencia entre los hombres, orientado a establecer un orden político al servicio de la sociedad y del Estado, donde no exista dependencia ni influencia religiosa o eclesiástica.
De este modo, hablar de promover la existencia de Estados laicos, intenta alcanzar el respeto y hacer valer los derechos humanos respecto a la orientación religiosa o presencia en ella, para que no sea una condición de su libertad de pensamiento y conciencia.
A pesar de saberse esto, existen países donde su sociedad se ve condicionada por expresar o pensar diferente y tiene como una opción la adopción de las prácticas religiosas impuestas.
En nuestro país, la década de 1880 es la responsable de sancionar leyes sobre este asunto. Se desató un gran debate entre católicos y liberales que tenían como eje de discusión el laicismo, la potestad del Estado sobre asuntos civiles como la identificación de las personas, el registro de su nacimiento, casamiento y defunción, así como la permanencia de la educación católica en las escuelas públicas. De esto, surgieron las leyes laicas n° 1420 de Educación obligatoria, gratuita y laica, la N° 1565 que creó el Registro Civil de 1884 y la Ley de Matrimonio Civil para 1888.
Sin embargo, que el laicismo incorporado en esa época se contraponía con la cláusula constitucional vigente hasta 1994 que imponía ser católico como requisito para ser presidente de la nación y con el apoyo económico brindado durante mucho tiempo exclusivamente a las escuelas católicas.
Visualizar esta necesidad de respeto y tolerancia, nos hará más empáticos como sociedad, construyendo un espacio ameno para seguir creciendo. Practiquemos el entendimiento de la diversidad, sabiendo de que ello, podemos nutrirnos y aprender mejor.
