Peter Saunders, que de chico fue víctima de un sacerdote católico, fue excluido; desde su nombramiento en 2014 había realizado fuertes críticas contra la jerarquía eclesiástica
En una movida que no sorprendió luego de sus fuertes críticas al Papa, el activista británico contra la pedofilia Peter Saunders, que también fue víctima de abusos por parte de un sacerdote católico cuando era chico, dejó ayer la comisión para la protección de menores creada por Francisco.
“La Comisión Pontificia para la protección de menores en su encuentro de hoy [por ayer] discutió la orientación y los objetivos de la propia comisión. Como resultado de la discusión se decidió que el señor Peter Saunders tomará un período de licencia en su participación como miembro para reflexionar cómo él pueda contribuir del mejor modo en el trabajo de la comisión”, indicó un escueto comunicado de la sala de prensa de la Santa Sede.
La decisión no tomó a nadie por sorpresa. Desde que había sido nombrado en diciembre de 2014 en la comisión, creada por Francisco un año antes para dejar en claro su atención a un fenómeno que hirió como nunca la imagen de la Iglesia, Saunders había llamado la atención por sus declaraciones fuera de lugar y críticas al Vaticano. La función de la comisión no es investigar casos individuales de abusos, sino que es consultiva.
Saunders comenzó a criticar ferozmente al cardenal australiano George Pell, el “superministro” de Economía y miembro del G9 (el grupo de nueve consultores del Papa), por su supuesto encubrimiento de casos de pedofilia cuando fue arzobispo en su tierra. “Le está tomando el pelo a la comisión contra los abusos, al Papa, pero sobre todo a todas las víctimas y sobrevivientes”, clamó Saunders en un programa televisivo australiano, en el que pidió el desplazamiento del “zar” de la economía vaticana. Éste se defendió a través de un comunicado que tildó esas acusaciones como “falsas” e “insultantes”.
Fundador en Gran Bretaña de la Asociación Nacional para Personas abusadas en la Infancia, Saunders fue aún más allá al denunciar la designación del obispo chileno Juan Barros, en enero del año pasado. Barros es acusado por víctimas de abusos de haber encubierto actos de pedofilia del padre Fernando Karadima, que fue castigado por el Vaticano en 2011. En un video filmado en mayo pasado durante una audiencia, el Papa defendió ante fieles chilenos esa designación, alegando que no había pruebas contra el obispo. Y causó revuelo al decir: “Piensen con la cabeza y no se dejen llevar de las narices por todos los zurdos, que son los que armaron la cosa”.
En una conferencia de prensa junto a Juan Carlos Cruz, una víctima chilena, Saunders cuestionó severamente a la comisión papal y la acusó de no haberle avisado del comunicado difundido sobre su supuesta decisión de tomar una licencia.
“Yo no estoy dejando mi puesto en la comisión. Fui designado por Su Santidad, el papa Francisco, y sólo voy a hablar con él sobre mi posición.”
En vísperas de participar en Roma de la reunión de la comisión que terminó siendo para él la última, Saunders volvió a atacar. “Francisco dijo cosas muy dañinas y dolorosas sobre los sobrevivientes”, dijo, en declaraciones a Los Angeles Times. “La gente en Chile ahora ve a la comisión como un hazmerreír, y si la comisión tiene sentido, no puedo no exigirle que lo eche a Barros”, agregó. Contó, además, que cuando lo vio al Papa en octubre pasado le pidió que participara de la próxima reunión de la comisión.
“Sería escandaloso si no participa y lo voy a decir, va a ser el final de la luna de miel con Francisco”, agregó. Muy duro con la comisión, que evidentemente intuía que dejaría, también dijo que la reunión de octubre pasado había sido un “no evento”.
“Me dijeron que Roma no fue construida en un día, pero el problema es que se necesitan segundos para violar a un chico”, señaló.