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Ante la visita del Papa a Valencia

Un grupo de sacerdotes y laicos cristianos de la diócesis de Valencia, cuyo anonimato respetamos pero cuya identidad conocemos y garantizamos, nos ha enviado un documento sobre sus sentimientos ante los preparativos de la próxima visita de Benedicto XVI a Valencia. ATRIO, sin haber participado en absoluto en la génesis y redacción del documento, lo apoya, lo difunde y espera comentarios y adhesiones. Un comentario pide poder adheirse. La adhesiones se pueden hacer utilizando, por ahora, el formulario de comentario, con la frase “me adhiero”. Con los que pongan al menos su nombre, apellidos y población de origen se hará una lista de firmantes.

Ante la próxima visita del Papa a Valencia, un grupo de sacerdotes y laicos católicos de la diócesis valentina, deseamos manifestar nuestra postura, nacida de una profunda y larga meditación desde la fe, a fin de invitar a otros colectivos a reflexionar y, si acaso, a hacer públicas sus posiciones.

En un momento en que las instancias políticas, empresariales y eclesiásticas se empeñan en el éxito mediático de la visita, nosotros, como cristianos valencianos, nos vemos en el deber y el derecho de iniciar un debate de cara a que el evento sea de mayor provecho para nuestra diócesis y nuestro país.

  1. Una visita de carácter estrictamente pastoral, ya la están encuadrando en medio de una impresionante utilización de los medios de comunicación y de determinados sectores de la política. Guiado por una concepción nacional católica, el Arzobispado está potenciando una visita que alejará al Papa del pueblo utilizando unas instalaciones gigantescas y carísimas. Para unos minutos se instalará un altar efímero de 2000 m² costará más de 600.000 € (100 millones de pesetas), eso sí, dotado de un microclima para librar a Benedicto XVI y obispos concelebrantes, de los calores de Julio, ya que, según ha trascendido, la temperatura era el principal inconveniente para que el Papa se aproximara a la concentración de familias en Valencia. Es un despilfarro que escandaliza. No quisiéramos una concepción tan poco valenciana de “que no falte de ná”, de tirar el burro por la ventana. Muy al contrario, nos gustaría una aproximación del Santo Padre, el obispo de Roma, más intensa y sencilla hacia las familias y hacia la Archidiócesis, que testimoniara la opción preferente por los pobres, mayoritarios en el mundo, y a los que tan exagerado dispendio les pone de manifiesto aún más, el desequilibrio existente entre privilegiados y necesitados de los mínimos bienes. Más que cómodos microclimas, se debería manifestar aproximación y solidaridad con aquellos que luchan por un “macroclima” que los egoístas intereses económicos de unos pocos, de algunos de los que colaboran en crear el “microclima del Parotet” tratan de destruir. Es posible que si el Papa lo supiera, no le gustara.
  2. En la misma línea, se está construyendo en el Palacio Arzobispal un apartamento de 180 m² para unas horas. Así mismo, se están invirtiendo millones en la construcción de apartamentos para los obispos invitados, tres mil, en el viejo Seminario de Moncada. Y, ¿cómo se está financiando tanto gasto? Con la venta, desde hace meses, del patrimonio diocesano e incluso el de las parroquias.
    Su Santidad podría pernoctar en una residencia religiosa o en alguna de las habitaciones del Palacio Arzobispal, perfectamente restaurado a la llegada del actual Arzobispo, sin tirar el dinero. Sería un testimonio de conveniente sencillez, en un mundo y una ciudad en la que mucha gente duerme bajo los puentes y muchos no tienen techo, muchos que el Evangelio de Jesús de Nazaret nos dice que son los más nuestros y cercanos hermanos.
  3. La razón de la visita papal es la celebración de un Encuentro Mundial de las Familias Cristianas. Sin embargo, los sectores más próximos a la jerarquía católica española están haciendo la manipulación política más salvaje de la institución canónica familiar. Y la hacen dirigentes políticos que, cínicamente, en sus vidas privadas mantienen auténticas poligamias y que “pasan”, por tanto, del. modelo de familia que dicen defender y que defiende la Conferencia Episcopal. Es más, con la bendición de obispos como García Gasco, utilizan, de manera desvergonzada y nada caritativa, el modelo eclesiástico de familia como arma y repulsa contra todas las uniones humanas, aunque coincidan en un mismo compromiso de convivencia y amor.
    Por esto, proclamamos que en una sociedad plural y laica hay que respetar las diferentes opciones que eligen libre y responsablemente las personas. Distintas uniones y experiencias de convivencia se han de afrontar desde el respeto y nunca desde la descalificación. Las familias cristianas tenemos una ocasión para reflexionar sobre nuestro modelo de familia y sobre nuestro testimonio de enriquecimiento mutuo que nos ha de convertir en un referente para la sociedad, pero también en la tolerancia y consideración, en la plural y rica vida de convivencia de todas las personas y en las diferentes soluciones que al amor da la sociedad. Queremos una Iglesia abierta y dialogante, en concordancia con el Concilio Vaticano II, que sea fermento de la sociedad, y no una Iglesia oscura, cerrada, recluida en sí misma y solamente abierta a los intereses y posiciones sectarias y manipuladoras de la extrema derecha.
  4. El Encuentro Internacional de la Familia se celebra en Valencia, en una Archidiócesis, que en este momento no refleja lo que debería ser una familia. El Papa llega a una de las diócesis que con mayor crudeza escenifica la falta de comunicación y de unión, por lo tanto de comunión entre su obispo, los sacerdotes y el pueblo de Dios.
    Nunca, desde el inicio de su pontificado, el arzobispo ha querido crear un clima de cordialidad, confianza o familiaridad. Muy al contrario, su norma ha sido el uso y abuso del poder, de “mando y ordeno” y la desconsideración hacia las opiniones y personas de los sacerdotes, religiosos o laicos. Nunca los ha estimado, ni tan siquiera se ha mostrado cercano, ni los ha acompañado en sus gozos y sufrimientos, en sus esperanzas y desesperanzas, y además, no deja de quejarse de que los sacerdotes no le aprecian.
    La pereza de hacer de animador de la pastoral y de la vida cristiana de los fieles, de los religiosos y los sacerdotes, la compensa con una exagerada diligencia para atender a los políticos de los sectores más extremistas del PP, UIV ó CV, o a los empresarios, siempre que tengan la misma ideología radical. Su ciega militancia le llevó a manipular, en los últimos momentos de su enfermedad, al Papa Juan Pablo II, al cual hicieron participar en la demagógica batalla a favor de apropiarse del agua del Ebro, para que los amigos empresarios puedan llenar el país de urbanizaciones y campos de golf, de acuerdo con la especulación más salvaje, destructora, insostenible, egoísta y mafiosa que se ha conocido nunca. No obstante, nunca ha asistido a actos religiosos de signo o sospecha progresista. Tampoco ha asistido a ningún acto social o cultural que pueda ser medianamente abierto o progresista: nunca se equivoca de bando. Él está con los poderosos.
    Es un nacionalista excluyente, y con su unitarismo feroz excluye las más legítimas aspiraciones de los pueblos de España o del pueblo valenciano. Es tanto el menosprecio que no ha querido integrarse ni en la ciudad de Valencia ni en las comarcas valencianas, ni en la cultura ni tan siquiera en la lengua. De hecho no sabe, después de más de diez años, ni saludar en valenciano.
  5. Tenemos que trabajar, incitados e invitados por la visita del Papa para hacer una diócesis a la imagen de la familia de Nazaret. Tenemos que impulsar la cordialidad y comunión entre el pastor y sus sacerdotes, y el pueblo de Dios. Sin embargo, es absolutamente necesario un obispo que haga real su presencia y afecto en los movimientos pastorales y de vida cristiana de todos los signos.
    Necesitamos un obispo integrado en nuestra diócesis, un obispo que imite al maestro Jesús, que gobierne, que ejerza el magisterio y que se identifique con una diócesis situada en tierras valencianas, con su lengua y cultura.
    Necesitamos un padre y un pastor que no ponga en peligro el patrimonio de la Archidiócesis.
    Nos alegra un encuentro mundial de las familias católicas, pero lo querríamos alejado de la opulencia, ostentación y manipulación política. Queremos que sea provechoso para la gran familia universal, para las familias de todo el mundo y en especial, las nuestras, y para que nuestra diócesis sea también una familia unida, guiada por la sencillez y el testimonio tan actual del Evangelio de Jesús, bajo cuya luz esperamos que se desarrolle todo el encuentro y la visita del Papa Benedicto XVI.

Valencia, 22 de enero de 2006.
Fiesta de San Vicente Mártir.

COLECTIVO DE SACERDOTES VALENCIANOS.
COORDINADORA DE FAMILIAS CRISTIANAS DE VALENCIA

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