El edificio municipal de Sanlúcar, que acoge la biblioteca pública, exhibe estos días ―al menos durante una semana― una gran pancarta que choca frontalmente con la aconfesionalidad del Estado que exige la Constitución española. En ella se anuncia el “Día de la Biblia” (“18 de abril, Plaza Cabildo”), se apremia a cada ciudadano con un “Lee la Biblia”, y se le asegura que “Jesús te ama” “hasta morir por ti”.
Se trata de una actividad organizada por un grupo evangélico por décimo año consecutivo, una iniciativa en la que el Ayuntamiento sanluqueño viene colaborando activa, fervorosamente. El Ayuntamiento pro-bíblico (que no bibliófilo) ha estado encabezado unos años por el PP y otros, como ahora, por el PSOE. El actual alcalde, Víctor Mora, junto a su teniente de alcalde, representó el pasado año a todos los sanluqueños en la lectura pública de un texto bíblico, este año han sido dos concejalas del PSOE y una del PP.
El mismo alcalde ―que a título privado es libre de realizar cualquier actividad religiosa―, no contento con esta exhibición confesional, recordó en 2013 que ‘Nuestra Señora de la Caridad Coronada’ es, además de patrona de Sanlúcar, “alcaldesa perpetua” (lo es desde 1917, y el voto se renovó en 1990, cuando también se le entregó el bastón de mando municipal y la medalla de oro de la ciudad). Entonces proclamó el alcalde el apoyo municipal a los actos conmemorativos que, con motivo del 50 aniversario de la coronación de la misma ‘Virgen’, se llevarían a cabo en 2014 y 2015.
La lista de agravios confesionales es extensa y continuada, de modo que lo que es perpetua es la vergüenza que producen. ¿Qué decir del dinero que aportó el ayuntamiento de Sanlúcar para la ‘Casa Hermandad’ de la aldea del Rocío, mientras que abandonó el proyecto de un comedor social?
También anunciaba, recientemente, el alcalde, que se instalará en la principal entrada a la ciudad un icono religioso de grandes dimensiones: un monumento a la ‘Virgen del Rocío’ de 8 metros de altura. En la rotonda del Palmar, donde se ubicará, el propio Ayuntamiento había decidido en 2008 la colocación de un ‘monumento a la manzanilla’, que estaba ya concretado tras un un concurso público; sería una una obra de Jesús Guerrero. La afrenta es ciertamente monumental, por lo que Andalucía Laica apoya la pertinente denuncia y recogida de firmas realizada por la Asociación de Librepensadores ‘José Colom Víctor’.
En definitiva, el Ayuntamiento de Sanlúcar burla continuamente la neutralidad exigida a las instituciones al entrometerse en las creencias de los miles de ciudadanos a los que debe representar y servir, y confunde intereses privados con el bien público.
Por otro lado, hacemos ver que el alcalde y los concejales socialistas de Sanlúcar contravienen gravemente las resoluciones de 38º Congreso del PSOE, celebrado en el año 2012, que hasta en 5 ocasiones utilizan el término “laicidad” para mostrar el camino hacia la democracia y la libertad, o las recientes declaraciones de su líder Pedro Sánchez: “Mi apuesta será hacer un Estado laico en España. A todos los niveles, en educación, en materia de impuestos y también sobre las propiedades que tiene la Iglesia Católica”.
¿No tienen nada que decir a este respecto los órganos directivos del PSOE, ni los dirigentes estatales que tanto prometen una sociedad laica… cuando lleguen al poder? En casos como el de Sanlúcar (y tantos otros), donde ya tienen el poder, ¿cómo se explica el mantenimiento, y hasta aumento, de prácticas anacrónicas, que incluso extienden ―agravándolo― el nacionalcatolicismo hacia alguna otra confesión, que viola claramente la separación Iglesia-Estado y el respeto a la conciencia de los ciudadanos? Esperamos urgentemente del PSOE un pronunciamiento y unas acciones claras en situaciones concretas como la de Sanlúcar. Hasta el momento no se han producido, por lo que, lamentablemente, no es creíble el discurso oficialista de los mandos socialistas nacionales.
Según el último barómetro ―marzo― del Centro de Investigaciones Sociológicas, sólo un 10,3 % de la sociedad española es religiosa practicante, y un 26,3 % se declaran ateos o no creyentes. Pero aunque el porcentaje de creyentes fuera mucho mayor, las instituciones públicas no pueden imponer una religión a toda la sociedad, pues deben respetar la conciencia de cada uno de los ciudadanos. Puede ocurrir que, en algún ámbito, una creencia sea mayoritaria, pero la laicidad (el respeto a las conciencias de todos) es un derecho individual universal. La laicidad significa respeto, igualdad y justicia, y es por eso inseparable de la democracia.
El edificio municipal donde se encuentra la Biblioteca Pública ha servido para anunciar el acto claramente confesional que muestra el cartel.
El cartel que anunciaba este acto evagelista de promoción de la Biblia en la fachada de la Biblioteca Pública de Sanlúcar.