El semanario de Rouco carga contra los andaluces por el resultado electoral
Tras la barahúnda de la prensa conservadora este lunes por el fracaso del PP en las autonómicas andaluzas, llega ahora el semanario del Arzobispado de Madrid, ‘Alfa y Omega’, con la misma dosis de desprecio hacia el electorado, al que acusa de haber votado, víctima de la “cultura de la subvención y el PER”.
En su artículo titulado “No es verdad”, la publicación de los obispos españoles afirma que una de las conclusiones del resultado electoral es que en Andalucía existe una “red clientelar, más vasta y capilar de lo que pueda parecer”. Y lo explica de la siguiente manera: “Es obvio que en Andalucía hay una cultura de la subvención, la cultura del PER, la cultura del ya nos lo darán hecho y que por lo menos a la mitad de los andaluces con derecho a voto algo les llega de alguno de los recovecos del poder; por tanto votan en consecuencia”.
Andalucía, como Cuba o la URSS
El semanario de Rouco Varela llega a comparar a Andalucía con Cuba y la desaparecida Unión Soviética (URSS) y explica que “el socialismo real, el comunismo, acaba con la capacidad de iniciativa de la gente; les mutilan el sentido de creatividad, de esfuerzo (…) Están esperando a que papa Estado les resuelva la papeleta de la vida”.
La manipulación de Canal Sur y TVE
Alfa y Omega también achaca a la manipulación de las televisiones públicas Canal Sur y TVE el resultado electoral, ya que, según afirma, “lo lógico es que una cuarta parte de los electores con derecho al voto ni se hayan enterado de los escandalazos de los ERES, porque es que ni se lo han contado”.
¡Abajo el centrismo!
Desde una posición ultra, los obispos reprochan al Partido Popular que se ubiquen en el “centrismo, esa especie de buenismo mansurrón, del diálogo, de la adhesión y de vamos a llevarnos bien”, que precisa, “les trae absolutamente al fresco a los de los ERE y la corrupción clientelar institucionalizada”.
La huelga general, que no interesa a nadie
El semanario de la Iglesia española carga, además, contra la huelga general, que “ya me contarán ustedes a quién le interesa, salvo a los estómagos agradecidos, preocupados porque la mamandurria se acaba”.